El gobierno de Trump intensificó su estrategia de vigilancia y combate contra el crimen organizado en México. Desplegó vuelos de drones de la CIA sobre territorio mexicano, declaró formalmente a los cárteles de la droga como “terroristas extranjeros” e insinuó la posibilidad de intervención militar para frenar la producción de fentanilo.
El diario estadounidense, Los Angeles Times, entrevistó a Todd Zimmerman, un agente especial de la DEA en la Ciudad de México, quien dejó claro que la decisión de designar a los cárteles como organizaciones terroristas envía un mensaje inequívoco: la intervención militar de Estados Unidos es una opción real.
“Están preocupados porque conocen el poder y la fuerza del ejército estadounidense”, afirmó Zimmerman. “Saben que en cualquier momento, podrían estar en cualquier lugar -si se trata de eso, si se trata de eso- podrían estar en un auto, podrían estar en una casa, y podrían ser vaporizados. Lo han visto en las guerras de Afganistán e Irak. Así que saben el potencial que hay ahí fuera”.
Zimmerman también reconoció que la producción de fentanilo en México no ha disminuido de manera significativa en los últimos meses. Sin embargo, destacó el aumento de las operaciones militares contra los cárteles bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum. “Hemos visto un repunte en las operaciones desde que Claudia asumió como presidenta aquí, lo que es una señal muy positiva”, dijo, señalando que estas redadas han resultado en más incautaciones y mayor presión sobre los grupos criminales.
La esperanza, según Zimmerman, es que los cárteles “se alejen del fentanilo y vuelvan a lo que siempre han hecho, que es cocaína y metanfetaminas y un poco de heroína”.
Los drones desplegados actualmente sobre México no están armados, pero funcionarios estadounidenses no descartan futuros ataques. Además, la CIA ha seguido monitoreando la entrada de precursores químicos desde China a través del Pacífico, rastreando su llegada a laboratorios clandestinos. Identificar estos laboratorios es una tarea sumamente difícil. “Es extremadamente difícil, y la razón es que son muy pequeños. Están dentro de las casas, dentro de los departamentos, en los patios traseros, debajo de lonas”, explicó Zimmerman.
La presidenta mexicana ha defendido la cooperación con la CIA, asegurando que no compromete la soberanía nacional. También rechazó las afirmaciones de Trump de que su gobierno tiene una “alianza intolerable” con el crimen organizado.
“Quieren posicionarnos como si estuviéramos defendiendo a los cárteles de la droga o al crimen organizado, pero por supuesto que no lo estamos”, declaró Sheinbaum.
Will Freeman, investigador del Council on Foreign Relations, explicó que esta discrepancia es la raíz del conflicto. “La tensión surge del hecho de que muchos gobiernos latinoamericanos están enfocados en reducir la violencia”, afirmó, “lo que a veces significa evitar atacar a los cárteles y las pandillas de frente”.