La invasión ya está en su segunda semana y las tropas rusas hacían avances significativos en el sur de Ucrania, aunque se veían estancadas en otras regiones. Soldados y voluntarios fortificaban la capital, Kiev, con cientos de puntos de control y barricadas para frustrar un ataque. Una lluvia constante de proyectiles caía sobre otras zonas urbanas, como Bucha, un suburbio de Kiev donde el alcalde informó de intenso fuego de artillería.
“Ni siquiera podemos recoger los muertos porque los proyectiles de armas pesadas no se detienen ni de día ni de noche”, dijo el alcalde, Anatol Fedoruk. “Los perros destrozan los cuerpos en las calles de la ciudad. Es una pesadilla”.
En una de las ciudades más castigadas, el asediado puerto sureño de Mariúpol, se estimaba que 200 mil personas —casi la mitad de los 430 mil habitantes— intentaban huir. Personal de Cruz Roja esperaba a que se estableciera un corredor. Mariúpol ha estado sin agua, calefacción, sistemas sanitarios o teléfonos durante varios días.
Rusia está luchando duro por el control del puerto, lo que garantizaría una ruta terrestre a la Península de Crimea que se anexó en 2014. Los objetivos generales del presidente Vladimir Putin no están claros, pero funcionarios occidentales creen que está tratando de instalar un gobierno aliado en Kiev.
Por su parte, el centro ruso de coordinación para esfuerzos humanitarios en Ucrania y la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, dijeron que se había acordado un cese el fuego desde el martes por la mañana para que algunos civiles pudieran escapar, pero ambas partes dieron versiones distintas sobre la ubicación de los pasos.
El centro de coordinación ruso sugirió que habría más de una ruta pero que la mayoría llevaría a Rusia, ya fuera de forma directo o a través de Bielorrusia. Sin embargo, el embajador ruso ante Naciones Unidas sugirió que se abrirían vías desde varias ciudades y que la gente podría decidir qué dirección quería tomar.
Vereshchuk, por su parte, sólo dijo que se había acordado una evacuación de civiles desde la ciudad oriental de Sumy hacia la ciudad ucraniana de Poltava. Entre las personas a evacuar de Sumy había estudiantes extranjeros de India y China, señaló.
La funcionaria reiteró que las propuestas de evacuar civiles a Rusia y su aliada Bielorrusia, que sirvió de base para la invasión, eran inaceptables.
Las demandas de pasos seguros han aumentado ante un aumento de los bombardeos rusos. Los ataques, también en algunas de las regiones más pobladas de Ucrania, han producido una crisis humanitaria en la que escasean alimentos, agua y suministros médicos.
Pese a todo, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que las fuerzas ucranianas estaban mostrando un valor sin precedentes.
“El problema es que por cada soldado de Ucrania tenemos 10 soldados rusos, y por cada tanque ucraniano tenemos 50 tanques rusos”, dijo Zelenskyy a ABC News en una entrevista emitida el lunes por la noche. Sin embargo, señaló que la diferencia de fuerza se iba reduciendo y que incluso si las fuerzas rusas “entran en todas nuestras ciudades”, serían recibidas por una insurgencia.
Un destacado funcionario estadounidense dijo que varios países estudiaban si proporcionar los aviones que ha pedido Zelenskyy.
En Mariúpol, los hospitales locales sufrían un grave desabastecimiento de antibióticos y analgésicos y los médicos hacían algunas operaciones de emergencia sin ellos.
La falta de conexión telefónica hacía que ciudadanos preocupados abordaran a personas desconocidas para preguntar si conocían a parientes en otras partes de la ciudad y si estaban a salvo.
Varios cientos de kilómetros al oeste de Mariúpol, las fuerzas rusas continuaron su ofensiva en Mykolaiv, una ciudad astillero a orillas del Mar Negro con medio millón de habitantes. Los rescatistas dijeron que estaban apagando incendios en zonas residenciales provocadas por ataques con cohetes.
El Estado Mayor de Ucrania dijo en un comunicado el martes que las fuerzas ucranianas continuaban sus operaciones de defensa en los suburbios de la ciudad.
Agregó que las “desmoralizadas” tropas rusas estaban saqueando lugares que habían ocupado, confiscando edificios civiles como almacenes agrícolas para guardar equipamiento militar y tomaban posiciones para disparar desde zonas pobladas.
Las fuerzas ucranianas de defensa también operaban en operaciones en la localidad norteña de Chernígov y a las afueras de Kiev, según el Estado Mayor.