México y Ecuador tenían, hasta el pasado viernes 5 de febrero del 2024, un total de 187 años de relaciones diplomáticas.
Tras la irrupción de fuerzas armadas ecuatorianas a la Embajada de México en Quito, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó cortar la relación que nuestro país mantenía con la nación sudamericana.
Se trata de un pleito internacional que dividió opiniones entre quienes apoyaban la postura de Ecuador, y quienes la condenaban.
Como en todo problema, se requieren de al menos dos partes para que exista. Sin ánimos de buscar un culpable, en Nación321 hacemos un breve recuento por los hechos que llevaron a la ruptura de relaciones que databan de décadas entre dos países que comparten raíces culturales.
Ambos violaron acuerdos internacionales, por lo que con esta nota buscamos entender mejor el problema que hoy acapara los titulares de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales.
¿CÓMO FUE QUE LLEGARON A LA RUPTURA? LAS RESPONSABILIDADES DE DOS NACIONES
Habrá que entender que este pleito se ha ido 'gestado' semanas atrás. En diciembre de 2023, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reveló que el exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, había solicitado "ingreso y salvaguarda" de su persona en las instalaciones diplomáticas de nuestro país en Quito. Petición a la que accedieron autoridades nacionales.
Este hecho no fue bien visto por el gobierno de Daniel Noboa, quien de inmediato solicitó que Glas abandonara la Embajada. Además, se indicó a México que no consentiría la concesión de asilo político y que, de admitirla, actuaría con "absoluta firmeza con base en los altos intereses del Estado".
En ese sentido, advirtió, en caso de que México continuara con la postura de asilar a una persona declarada culpable estaría violando los acuerdos contenidos en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, la cual establece que "no es lícito conceder asilo a personas que, al tiempo de solicitarlo, se encuentren inculpadas o procesadas en forma ante tribunales ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos tribunales, sin haber cumplido las penas respectivas".
El caso se complicó cuando una jueza local determinó que Glas había incumplido con requisitos para continuar con su libertad condicional y ordenó arrestarlo para continuar con su sentencia en prisión. El exfuncionario ya había sido declarado culpable de soborno y corrupción para la entrega de contratos públicos.
Ya con este escenario, a principios de marzo del 2024, el Ministerio de Relaciones Exteriores ecuatoriano indicó que el gobierno había solicitado a autoridades mexicanas el ingreso a la Embajada para cumplir con el arresto de Glas. Algo que no sucedió.
Ya el clima era bastante tenso entre ambos países, pero el pasado 3 de abril el presidente López Obrador hizo alusión a los comicios en Ecuador. "Iba la candidata de las fuerzas progresistas, como 10 puntos arriba…”, refiriéndose a Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana.
"Entonces, un candidato que habla mal de la candidata que va a arriba de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube", explicó en su conferencia matutina.
"El crear un ambiente enrarecido de violencia, al grado que los candidatos —y esto lo difunden todos los medios— van con chalecos a los debates. Pero todo armado. Pues no ganó la candidata y lo más lamentable es que continúa la violencia, que utilizaron nada más el momento”, señaló el mandatario mexicano dejando entrever que Daniel Noboa pudo haber ganado las elecciones locales gracias al asesinato del candidato Fernando Villavicencio.
La respuesta no se hizo esperar y el pasado 4 de abril, Ecuador declaró 'persona non grata' a la embajadora de México en el país, Raquel Serur.
El Ministerio apuntó como motivo a las declaraciones del presidente López Obrador sobre las elecciones de 2023 en Ecuador y el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, que calificó de "muy desafortunadas".
“El Ecuador se encuentra aún viviendo el luto por ese lamentable hecho que causó conmoción en la sociedad ecuatoriana y atentó contra la democracia, paz y seguridad”, señaló entonces el Ministerio.
El problema subió de tono y, tras la salida de la embajadora, el gobierno ecuatoriano ordenó la irrupción de fuerzas armadas a la Embajada de México en Quito, para arrestar a Jorge Glas.
La acción, de por sí condenada por decenas de Estados latinoamericanos, se agravó por las agresiones que sufrió el cuerpo diplomático en el 'asalto' a las instalaciones, lo que a decir del derecho internacional violó los acuerdos de Viena, cuyo artículo 22 establece que "las sedes de las misiones diplomáticas son inviolables, por lo que los agentes del Estado receptor no pueden penetrar en ellas sin su consentimiento".
No se trata de cualquier acuerdo, pues es la firma de la Convención de Viena, aprobada en 1961, cuya razón de existir se encuentra en el buen funcionamiento de las relaciones diplomáticas y el respeto entre los Estados firmantes, incluidos México y Ecuador.
Como mencionamos al inicio de la nota, este hecho derivó en la ruptura de las relaciones entre ambos países, un problema internacional que, por su naturaleza, traerá problemas y consecuencias internacionales... pero esa es harina de otro costal.