Porque todos queremos una vacuna para luchar contra el COVID-19 y retomar nuestra vida normal
Las autoridades italianas empezaron este lunes a inyectar a voluntarios con lo que podría ser una vacuna contra el coronavirus.
Noventa personas —seleccionadas entre 7 mil— fueron inyectadas con la vacuna GRAd-COV2 en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas del Hospital Spallanzani en Roma.
La sustancia fue desarrollada por la compañía biomédica ReiThera, cuya sede está cerca de Roma.
En esta primera etapa, 45 personas de edades entre 18 y 55 años recibirán la vacuna, y en un segundo grupo la prueba será administrada a las 45 personas restantes, todas mayores de 65.
El director del instituto, Francesco Vaia, declaró ante reporteros que el objetivo es buscar una vacuna “que sea eficaz y rápida, pero sobre todo eficaz” a fin de resultar en lo que sería la primera vacuna contra COVID-19 en Italia.
La primera fase durará 24 semanas y en ella los médicos vigilarán si la vacuna conlleva efectos secundarios y cuán bien es tolerada por los pacientes.
Si todo marcha bien, las siguientes fases involucrarán a más gente y podrían realizarse en el exterior, posiblemente en Latinoamérica que ha sido mucho más afectadas por la pandemia que Italia.
“Tener una vacuna italiana significa que no tendremos que depender de otros países que podrían decir ‘yo primero’”, expresó el director de Ciencias del hospital Spallanzani, Giuseppe Ippolito.