La pandemia por COVID-19 podría durar hasta 2 años: Informe

La pandemia no se controlará hasta que dos tercios de la población mundial sea inmune
La pandemia no se controlará hasta que dos tercios de la población mundial sea inmune
COVID-19.La pandemia no se controlará hasta que dos tercios de la población mundial sea inmune
AP
Nación321
2020-05-01 |13:36 Hrs.Actualización13:36 Hrs.

Es probable que la pandemia del nuevo coronavirus dure hasta dos años y no se controlará hasta que aproximadamente dos tercios de la población mundial sea inmune, indicaron expertos en un informe retomado por Bloomberg

Debido a que algunas personas son asintomáticas pese a portar el virus, esto lo convierte una enfermedad difícil de controlar, incluso más que la influenza, señala el informe del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Minnesota, en cual también se indica que los niveles de infección en las personas pueden ser mayores antes de que aparezcan los síntomas.

Después de que miles de millones de personas en todo el mundo se fueran a confinamiento para minimizar su propagación a través de los países, algunos Gobiernos ahora permiten con cautela la reapertura de empresas y lugares públicos; sin embargo, es probable que la pandemia continúe en olas que podrían durar más allá de 2022, según los investigadores. 

"Los mensajes de comunicación de riesgos de los funcionarios del Gobierno deberían incorporar el concepto de que esta pandemia no terminará pronto y que las personas deben estar preparadas para posibles resurgimientos periódicos de la enfermedad en los próximos dos años", detalla. 

Pese a que investigadores trabajan a marchas forzadas para fabricar vacunas que pueden estar disponibles en pequeñas cantidades este mismo año, lo cierto es que las vacunas en producción de grandes cantidades contra la pandemia de AH1N1 que nació y tuvo sus máximos brotes entre 2009-2010, no estuvieron disponibles hasta después de que el brote alcanzó su punto máximo en Estados Unidos. 

El informe fue escrito por el director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas (CIDRAP, por sus siglas en inglés), Michael Osterholm; y el director médico Kristen Moore, el historiador de salud pública de la Universidad de Tulane, John Barry; y Marc Lipsitch, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de Harvard.