PUERTO PRÍNCIPE.— Ariel Henry, el primer ministro de Haití anunció el martes de madrugada que renunciará al cargo una vez se haya formado un consejo de transición en el país. Su renuncia era una concesión ante la presión internacional que intenta salvar a una nación sobrepasada por pandillas violentas, que según algunos expertos han emprendido una guerra civil de bajo nivel.
Henry hizo su anuncio horas después de que gobernantes de los países caribeños y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunieran en Jamaica para abordar con urgencia una solución que frenara la creciente crisis en Haití.
“El gobierno que dirijo no puede mantenerse insensible ante esta situación. No hay sacrificio demasiado grande por nuestro país”, dijo Henry en una declaración grabada. “El gobierno que dirijo se retirará de inmediato tras la instauración del consejo”.
Henry no ha podido regresar a su país porque la violencia provocó el cierre de sus principales aeropuertos internacionales. Hace una semana llegó a Puerto Rico cuando no se le permitió aterrizar en República Dominicana, según las autoridades porque carecía de un plan de vuelo. Las autoridades dominicanas también cerraron el espacio aéreo a vuelos con origen y destino en Haití.
En un primer momento no estaba claro quién sería elegido para liderar la salida de la crisis, en la que pandillas fuertemente armadas han quemado comisarías, atacado el aeropuerto principal y asaltado dos de los mayores penales del país. Más de 4 mil presos se fugaron en esos asaltos.
Decenas de personas han muerto en los ataques violentos y más de 15 mil haitianos han quedado sin hogar tras huir de sus vecindarios durante los combates. La comida y el agua escasean conforme las tiendas que venden a los empobrecidos haitianos se quedan sin existencias. El principal puerto de Puerto Príncipe sigue cerrado, lo que deja varados docenas de contenedores con suministros cruciales.
La reunión urgente en Jamaica fue organizada por la Comundad del Caribe (CARICOM), un bloque comercial regional que lleva meses presionando para que se forme un gobierno de transición en Haití, mientras las protestas en el país reclamaban la renuncia de Henry.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, dijo que el consejo de transición tendría siete miembros con derecho a voto y dos sin voto.
Henry fue el primer ministro que más tiempo estuvo en el cargo desde que se aprobó la Constitución haitiana en 1987, una hazaña inesperada para un país inestable con una rotación constante de mandatarios. Juró el cargo casi dos semanas después del asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021.
Los críticos de Henry señalan que nunca fue elegido por la población y mucho menos por el parlamento, que no existe desde que los mandatos de los últimos senadores que quedaban expiraron en enero de 2023, lo que ha dejado a Haití sin un solo representante electo.
Mientras Haití se preparaba para un nuevo liderazgo, algunos expertos se preguntaron qué papel jugarían las pandillas, fuertemente armadas y que ahora controlan el 80% de Puerto Príncipe.
“Incluso si hay una clase de gobierno diferente, la realidad es que hay que hablar con las pandillas”, dijo Robert Fatton, experto en política haitiana en la Universidad de Virginia. “No puedes silenciarlas”.
Los funcionarios, señaló, tendrán que lidiar con los grupos armados y tratar de convencerles de que se desarmen, “¿pero cuáles serían sus concesiones?”.
Las poderosas pandillas llevan desde el 29 de febrero atacando objetivos importantes del gobierno en la capital, Puerto Príncipe. Henry estaba entonces en Kenia para impulsar un despliegue respaldado por Naciones Unidas de policías del país africano, que se ha visto demorado por un fallo judicial.
El gobierno haitiano anunció el lunes por la noche que ampliaba el toque de queda nocturno hasta el 14 de marzo en un intento de prevenir nuevos ataques.