Hace un par de semanas, en Chipre se encontró una cepa de COVID-19 que combinaba delta y ómicron, según Leondios Kostrikis, profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Chipre y director del Laboratorio de Biotecnología y Virología Molecular.
Sin embargo, una publicación de la revista Nature desmintió el hecho y explicó que todo se debió a propagación de información errónea.
Kostrikis dice que se han malinterpretado aspectos de su hipótesis original y que, a pesar del nombre confuso que algunos medios interpretaron como que las secuencias eran las de un virus recombinante Delta-Ómicron, nunca dijo que las secuencias representaban un híbrido de los dos.
Sin embargo, 72 horas después de que los investigadores cargaron las secuencias, Kostrikis las eliminó de la vista pública en la base de datos, en espera de una mayor investigación.
Las secuencias de ‘Deltacron’ se generaron a partir de muestras de virus obtenidas por Kostrikis y su equipo en diciembre como parte de un esfuerzo por rastrear la propagación de las variantes del SARS-CoV-2 en Chipre. Mientras examinaban algunas de sus secuencias, los investigadores notaron una firma genética similar a Omicron en el gen de la proteína de punta, que ayuda al virus a ingresar a las células.
En un correo electrónico a Nature, Kostrikis explica que su hipótesis inicial era que algunas partículas del virus Delta habían desarrollado mutaciones independientes en el gen de la espiga similares a las comunes en ómicron. Pero después de la amplia cobertura de noticias, otros científicos que trabajan en secuenciación genética y COVID-19 señalaron otra posibilidad: un error de laboratorio.
La secuenciación de cualquier genoma depende de cebadores: fragmentos cortos de ADN fabricado que sirven como punto de partida para la secuenciación al unirse a la secuencia objetivo.
Delta, sin embargo, tiene una mutación en el gen de la espiga que reduce la capacidad de algunos cebadores para unirse a él, lo que dificulta la secuenciación de esta región del genoma.
Ómicron no comparte esta mutación, por lo que si se mezclan partículas de ómicron en la muestra debido a la contaminación, podría hacer que el gen de pico secuenciado parezca similar al de ómicron, dice Jeremy Kamil, virólogo de Louisiana State University Health Shreveport.
Kostrikis responde que si Deltacron fuera un producto de la contaminación, la secuenciación debería haber arrojado secuencias de ómicron con mutaciones similares a Delta, ya que este tiene su propia mutación que obstaculiza el cebador.
Agrega que el argumento de la contaminación del laboratorio Deltacron fue “encabezado por las redes sociales sin considerar nuestros datos completos y sin proporcionar ninguna evidencia real y sólida de que no es real”.
Sin embargo, otros investigadores también han señalado que incluso si las secuencias no son el resultado de la contaminación, las mutaciones identificadas por Kostrikis no son exclusivas de ómicron y se encuentran en otras variantes, lo que hace que ‘Deltacron’ sea un nombre inapropiado.
Kostrikis ahora dice que está “en el proceso de investigar todas las opiniones cruciales expresadas por destacados científicos de todo el mundo sobre mi reciente anuncio”. Él dice que planea enviar la investigación para revisión por pares.