Mientras los rescatistas siguen sacando a unos pocos afortunados con vida de entre los escombros, seis días después de que un par de terremotos devastaron el sureste de Turquía y el norte de Siria, las autoridades turcas detuvieron o emitieron órdenes de arresto contra unas 130 personas supuestamente implicadas en la construcción de edificios que se derrumbaron y sepultaron a sus ocupantes.
La cifra de muertos por los sismos llegó este domingo a 33 mil 179 personas, con más de 92 mil 600 heridos, y había certeza de que seguirá subiendo conforme se encontraran más cadáveres.
La desesperación impulsó también la indignación hacia la lentitud de los esfuerzos de rescate, y la atención se centraba en quién era responsable por no preparar mejor a la gente en una región propensa a los terremotos. El sismo golpeó también una zona de Siria que llevaba años sufriendo por la guerra civil.
Aunque sobre el papel Turquía tiene normas de construcción que cumplen los estándares actuales de ingeniería contra terremotos, estos protocolos no suelen aplicarse, lo que explica por qué miles de edificios se derrumbaron hacia un lado o de arriba abajo sobre sus residentes.
Bekir Bozdag, ministro de Justicia de Turquía, informó este domingo que 134 personas están siendo investigadas por posible responsabilidad en la construcción de los edificios, reportó la agencia de noticias Anadolu. Añadió que tres ya fueron arrestadas para su juicio, siete fueron detenidas y a otras siete se le prohibió salir del país.
Bozdag prometió castigar a todos los responsables y la fiscalía ha empezado a tomar muestras de materiales empleados en las construcciones para utilizarlas como pruebas. Aunque los terremotos fueron fuertes, víctimas, expertos y gente en toda Turquía culparon a la mala construcción de haber multiplicado la devastación.
Dos contratistas acusados de la destrucción de varios edificios en Adiyaman fueron detenidos este domingo en el Aeropuerto de Estambul, según la agencia privada de noticias DHA y otros medios. Los dos iban camino de Georgia, indicaron los reportes.
Las autoridades detuvieron también a dos personas en la provincia de Gaziantep acusadas de haber cortado pilares para ganar espacio en un edificio que se derrumbó, según la agencia estatal de noticias Anadolu.
El Ministerio turco de Justicia había anunciado el día anterior que se formarían oficinas de “Investigación de Crímenes de Terremotos”.
Un contratista fue detenido el viernes en un aeropuerto de Estambul antes de que pudiera embarcar en un vuelo fuera del país. Fue el encargado de edificar un inmueble de lujo de 12 plantas en la ciudad histórica de Antioquía, en la provincia de Hatay, que mató a un número indeterminado de personas al venirse abajo.
Las detenciones pueden ayudar a dirigir el descontento público hacia los constructores y contratistas y desviarlo de autoridades locales y estatales que permitieron que las obras aparentemente irregulares siguieran adelante. El Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan ya estaba en problemas por una crisis económica y una alta inflación, y enfrenta unas elecciones parlamentarias y presidenciales en mayo.
Los sobrevivientes, muchos de los cuales perdieron seres queridos, también han dirigido su frustración y su ira hacia las autoridades. Los rescatistas se han visto sobrepasados por la escala de los daños, que ha afectado a carreteras y aeropuertos, lo que complica aún más la carrera contrarreloj.
Erdogan admitió esta semana que la respuesta inicial se había visto trabada por la extensión de los daños. Dijo que la zona más afectada en Turquía tenía unos 500 kilómetros de diámetro y 13.5 millones de habitantes. Durante una gira el sábado por ciudades golpeadas por los sismos, Erdogan justificó que una catástrofe de ese tamaño era inusual, y volvió a describirla como el “desastre del siglo”.