Un bloque empresarial le pide a Donald Trump que no haga deportaciones masivas

La medida devastaría a la economía e iría contra los valores americanos, le dijeron al presidente electo
La medida devastaría a la economía e iría contra los valores americanos, le dijeron al presidente electo
Frontera blindada.La medida devastaría a la economía e iría contra los valores americanos, le dijeron al presidente electo
AFP
AP
2016-12-09 |15:14 Hrs.Actualización18:06 Hrs.
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Porque deportar a miles de inmigrantes tendrá distintos efectos negativos

La comunidad empresarial de Estados Unidos comenzó a presionar al magnate para que abandone sus promesas de deportaciones masivas y otras políticas inmigratorias que los ejecutivos temen puedan perjudicar la economía.

La iniciativa cuenta con el respaldo del multimillonario neoyorquino Michael Bloomberg y el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch.

Algunos colectivos, como la Cámara de Comercio de Estados Unidos, dudan que el republicano vaya a crear realmente una fuerza de deportación, como sugirió antes de su triunfo en las urnas, para expulsar a los aproximadamente 11 millones de migrantes que se estima están en el país sin los permisos necesarios.

Pero otros están formando equipos con funcionarios públicos y líderes de la industria en estados clave para animar a Trump a adoptar una política inmigratoria más benevolente, aunque sea en nombre del desarrollo económico.

"Esta elección mostró claramente que los estadounidenses están extremadamente frustrados con nuestro sistema inmigratorio roto", dijo Jeremy Robbins, director ejecutivo de New American Economy, un grupo en cuyo directorio están Bloomberg, Murdoch y líderes de los gigantes Marriott, Disney y Boeing.

"Pero sería un error equiparar su deseo de que alguien asegure la frontera con el apoyo a la deportación masiva u otras políticas de línea dura que podrían devastar la economía y socavar los valores estadounidenses".

En los últimos días, la organización de Robbins presentó coaliciones de líderes empresariales y funcionarios públicos que se oponen a la represión de la inmigración — muchos de ellos partidarios de Trump — en Utah, California, South Carolina, Florida y Colorado y formarán más en Arizona, Idaho, North Carolina, Pennsylvania y Texas.

Con el respaldo económico de sus directivos, el grupo trabaja para crear una estructura permanente que presione al nuevo gobierno y a los miembros del Congreso en asuntos clave antes incluso de que comience oficialmente el debate en el Capitolio.

El equipo de transición del presidente electo declinó responder preguntas sobre sus planes para la inmigración ilegal esta semana.

Trump enfrenta presiones políticas de ambos bandos. Sus partidarios más apasionados difícilmente acepten un gobierno que adopte las políticas tolerantes que postulan los empresarios.

"Perdería credibilidad", opinó Dan Stein, presidente de la Federation for American Immigration Reform (Federación para una Reforma a las Leyes de Inmigración), que postula políticas inmigratorias rígidas.

Alentado por el hecho de que Trump incorporó a Jeff Sessions, un senador de línea dura en el tema de la inmigración ilegal, Stein dijo que el presidente electo debería impulsar deportaciones masivas para proteger a los trabajadores estadounidenses.

"Con Donald Trump, esta coalición empresarial de izquierda y derecha no va a funcionar", afirmó.

Grupos empresariales, no obstante, señalan que varios expertos pronostican consecuencias negativas para la economía si Trump deporta grandes cantidades de inmigrantes irregulares. Un estudio difundido en febrero por la American Action Network, de derecha, concluyó que ello reduciría "el PBI un billón de dólares" y le costaría a los contribuyentes más de 400,000 millones de dólares.