Fernando Dworak: Identidad

La buena propaganda de Morena mueve sentimientos
La buena propaganda de Morena mueve sentimientos
A los electores.La buena propaganda de Morena mueve sentimientos
Especial
autor
Fernando Dworak
Analista y consultor político
2024-02-08 |06:03 Hrs.Actualización06:02 Hrs.

Más que cuestionarla según la veracidad o no de la información que presenta, o cuánto simpatizamos o no con la candidatura o partido que emite el mensaje, la buena propaganda mueve sentimientos, sea para adherirse a una causa o generar rechazo a oponentes. Es en la forma que logra alguno de esos dos objetivos como deberíamos evaluarla.

Uno de los sentimientos más básicos es el de comunidad: ¿quiénes somos? ¿Qué nos une? ¿Por qué deberíamos mantenernos unidos? ¿Hacia dónde vamos? De hecho, la legitimidad de un Estado y la forma que gobernará a una población se definirá a partir de cómo se respondan estas preguntas, desde el nacionalismo más cerrado hasta una sociedad abierta.

Al respecto, el partido que mejor ha sabido articular este sentimiento es Morena. El discurso de López Obrador representa todo lo que nos enseñó el PRI a creer, con un elemento añadido: su propia figura. Aunque su nacionalismo es más bien rancio y conservador, su narrativa es épica y comprensible para la mayoría de la gente. Todavía más, la propaganda que está presentando en este periodo intercampañas refuerza esa noción de identidad colectiva y destino compartido.

Bajo el tema “Somos Morena”, el partido presenta en tonos guinda distintas escenas familiares o de equipo: una pareja de adultos mayores, una familia tradicional, trabajadores sonriendo y jóvenes con sus perros. En estas últimas imágenes, solo les faltaba a las mascotas una placa que dijese “MATEO” para acabar de sonar auténticas y verosímiles a su público.

¿El país va muy mal? ¿Las propuestas de reforma constitucional del presidente serían catastróficas? Podríamos hablar por horas sobre eso, y definitivamente habría mucha razón en los ataques. Sin embargo, esa es otra discusión, que debería exigir la capacidad de la oposición para abrir de debates, contrastar y sobre todo, presentar alternativas creíbles.

Y a propósito, mientras Morena consolida una visión de comunidad, ¿qué está haciendo la oposición además de hablar en inglés y armar pleitos de borrachos? Aunque no estamos en campaña, todo comunica.