Fernando Dworak: ¿Qué no debería hacer una Mesa Directiva?

Hay más de 46,000 personas legisladoras en el mundo, y ninguna hace exactamente lo que hace otra
Hay más de 46,000 personas legisladoras en el mundo, y ninguna hace exactamente lo que hace otra
En el Pleno.Hay más de 46,000 personas legisladoras en el mundo, y ninguna hace exactamente lo que hace otra
Cuartoscuro
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Fernando Dworak
Analista y consultor político
2023-08-17 |07:00 Hrs.Actualización07:00 Hrs.

Hay más de 46,000 personas legisladoras nacionales en el mundo, y ninguna hace exactamente lo que hace otra en ningún país. Eso no solo se debe a que cada quién tiene ambiciones y capacidades distintas, sino porque al interior de cada legislatura hay órganos que requieren distintas habilidades, a los cuales cada persona elige pertenecer según éstas.

Por ejemplo, hay personas por tan técnicas y especializadas por las que nadie votaría ni en su casa, pero sus partidos las promueven para comisiones como Presupuesto, Hacienda o Justicia. Hay quienes tienen su mayor motivación en atender a su distrito, plasmando sus demandas en iniciativas o apoyando con gestoría. Otras personas, se vale, son de trato rudo o “fajadoras”: a éstas les corresponde estar en la tribuna durante las discusiones ríspidas. El problema es creer que se pueden mezclar dos roles en órganos internos distintos.

¿Qué perfiles necesita una Mesa Directiva? Para empezar, el reconocimiento por parte del Pleno sobre su imparcialidad al momento de aplicar el reglamento, independientemente de su filiación política. Ayudaría mucho gozar de la total confianza de sus compañeros de asamblea, pero eso solamente se puede lograr si hay una relación continua a lo largo del tiempo – y es difícil lograrlo si al menos la presidencia rota de manera anual.

Todo esto viene a cuento porque el pasado martes 15 el Pleno de la Comisión Permanente rechazó la propuesta del PAN para que la diputada Martha Estela Romo fuese elegida vicepresidenta de la Mesa Directiva. Si hubiese alguna persona sorprendida, una vez realizada la votación, la legisladora señaló a sus compañeros guindas como parásitos, arrastrados y lamebotas, además de fuertes declaraciones como "Si creen que el pueblo que es el que me contrata por medio de sus votaciones va a callarse, va a dejar de alzar la voz por medio de su servidora en cuanto a desaparecidos, feminicidios en cuanto a inseguridad falta de medicamentos están muy equivocados”, "así que, si el costo de poder decir lo que los mexicanos me requieren, es no estar en un espacio de Mesa Directiva lo asumo con muchísimo gusto, faltando definitiva a los acuerdos de Mesa Directiva como lo hace siempre Morena queriéndose agandallar los espacios una y otra vez”, entre otras linduras. 

No es el espacio para discutir los méritos de la diputada en cuanto a la forma que se posiciona en temas como las personas desaparecidas, feminicidios, inseguridad o la falta de medicamentos. Es indispensable señalar que la Mesa Directiva requiere otro tipo de perfiles, reconocidos por su integridad en la conducción de sesiones. 

Ciertamente Morena ha postulado también a personas radicales a estos cargos como Dolores Padierna, quien fue vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados durante la legislatura anterior. También es cierto que la presidencia de este órgano interno es codiciada por el alto perfil mediático que se adquiere, el cual ha llegado a ser usado como posicionamiento político para algún cargo o precandidatura. Todos esos casos son criticables, si deseamos tener asambleas más gobernables.

La posibilidad de reelección inmediata puede construir carreras orientadas a la especialización en labores de Mesa Directiva, incidiendo directamente en la confiabilidad de sus integrantes y abriendo en serio la discusión sobre su fortalecimiento. Es hora de discutirlo.