Fernando Mejorado: Narcisismo político

En ocasiones, la condición de narcisismo es confundido con el amor propio
En ocasiones, la condición de narcisismo es confundido con el amor propio
Los políticos.En ocasiones, la condición de narcisismo es confundido con el amor propio
autor
Fernando Mejorado
Estratega político y encuestador
2023-02-14 |06:27 Hrs.Actualización06:26 Hrs.

Narcisismo político es hacer girar con exceso la campaña en torno al candidato y no al ciudadano. Una condición tal, que resulta en una distorsión en la implementación de la comunicación, pues en lugar de difundir aspectos que le son de interés a la comunidad, los contenidos elaborados expuestos son fantasiosos o fuera de contexto. 

Esto resulta  en un gran problema de posicionamiento político, puesto que no se construye un punto de conexión entre el político y las personas, limitando la credibilidad, la confianza y hasta una pérdida de liderazgo.

Al candidato narcisista le cuesta mucho entender los sentimientos de los electores, los momentos especiales y el significados que tienen las cosas, los valores sociales y las tradiciones de la comunidad. Dicha circunstancia se proyecta en su agenda de trabajo y sus palabras, haciendo que los rasgos de su comunicación no sean identificados por la población, por lo tanto dificilmente lo seguirán. La visión de un político narcisista sobre los problemas de la sociedad no coincide con lo que observa la gente, no es compatible con lo que viven a diario, así que, lo que diga, será simplemente ignorado.

El narcisimo es una debilidad enorme para el político, toda vez que, si su objetivo es agradar y convencer a las personas, no lo logrará si en su discurso siempre está hablado de él mismo o haciendo referencia a sus intereses. Perderá grandes oportunidades de posicionamiento si su causa o su eslogan, están enfocados a él y no a lo que los electores están esperando escuchar. 

El político narcisista causa muchos problemas en su equipo, al mismo tiempo que suele sentirse infeliz y frustrado. Esta condición no afecta solo al líder del proyecto sino a los integrantes de su campaña electoral o su gobierno. Un día sí y el otro también, está manipulando, agrediendo o entorpeciendo las actividades de las personas, lo que conlleva una enorme caída en la moral de los que colaboran para alcanzar sus metas.

La inseguridad emocional del narcisista echa por los suelos los esfuerzos obtenidos del equipo, dado que la falta de confianza en sí mismo no le permite ver que los demás pueden obtener logros dirigidos en el avance hacia los objetivos planteados originalmente. Es presa fácil de tramas, pugnas e intrigas de actores políticos que se aprovechan para enrredarlo con el propósito de destruir las columnas de la campaña y generar caos, aunque en muchas ocasiones, ni siquiera requiere de conspiraciones externas, pues el narcisista critica y confabula permanentemente a todo aquel que se cruce a su paso o en su mente, aún siendo de su propio grupo. 

En ocasiones, la condición de narcisismo es confundido con el amor propio, pero el primero es el resultado de una baja autoestima, muestra aires de superioridad y utiliza la exagerada autovaloración como una especie de pantalla para disimularla. 

El político narcisista se siente atacado continuamente, con fecuencia percibe que no le dan el lugar que merece o no lo toman en cuenta. Pareciera que su autopresentación favorita en esos casos es: “¿No sabe quién soy yo?”, pues requiere constantemente trato especial, es decir, una especie de privilegios que le hagan sentirse mejor que los demás, quizás para llenar un vacío emocional de antaño.

Es muy difícil interactuar con perfiles de estas características, pero la clave está en mantener una actitud serena, cortéz, ser divertido dado que son vulnerables a los buenos momentos y no dejarse enganchar con ninguno de sus arrebatos.