Fernando Mejorado: Serán los acuerdos y no la comunicación en 2024

Los partidos tienen que lograr acuerdos para obtener el triunfo en el 2024
Los partidos tienen que lograr acuerdos para obtener el triunfo en el 2024
Más allá de la comunicación.Los partidos tienen que lograr acuerdos para obtener el triunfo en el 2024
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Fernando Mejorado
Estratega político y encuestador
2023-06-06 |17:08 Hrs.Actualización17:07 Hrs.

La operación política, los acuerdos internos y las alianzas con los grupos de poder fueron el factor común en las campañas electorales que obtuvieron el triunfo electoral. Sus equipos entendieron cuál era su posición de jugador y qué iban a apostar.

Donde hubo acuerdos completos y donde se amarraron las alianzas hubo éxito. En esos casos no hubo incentivos a desviarse del objetivo general.

Para Morena, el caso Coahuila debe ser un laboratorio para tener claro cómo con un descuido todo puede irse al precipicio. Ese estado, para el partido en el poder es el ejemplo del desorden y la indisciplina. No hubo traiciones, hubo malas decisiones, malos acuerdos y nulas alianzas. Los amarres llegaron tarde, quisieron reaccionar, pero ya no hubo tiempo de bajar las instrucciones a tierra. Vamos, los comités nacionales de los partidos aliados ni siquiera tomaron en cuenta a los candidatos antes de declarar su declinación a favor del candidato de Morena. Ya conocemos el resultado.

El mismo presidente Andrés Manuel convocó a una reunión con aspirantes y gobernadores de filiación morenista, 24 horas después de conocerse los primeros resultados del proceso electoral del 2023. La idea era el análisis y diagnóstico de la jornada, las decisiones tomadas y la renovación de los compromisos que deben cohesionar a la Cuarta Transformación.

Al final, son los acuerdos, de ahí parte todo. Sin acuerdos no hay campaña electoral que pueda sostenerse. Sin acuerdos no llegan los apoyos, ni los recursos.

En estas campañas, la comunicación no fue la protagonista decisiva en ninguno de bandos. O fue mesurada o fue inocua. La publicidad política no emocionó. Muy pocos elementos propagandísticos fueron recordables, las campañas ganadoras solo administraron sus recursos y su ventaja. Fueron campañas pragmáticas.

Los debates organizados por la autoridad electoral corrieron con la misma suerte, fueron aburridos, hablaron de lo mismo que todos saben y los candidatos usaron los recursos de comunicación de siempre. El intento de modificar el formato quedó en eso, no se contrastaron ni ideas ni propuestas y no lograron cambiar la percepción de nada. Los que se sabían con la ventaja de tener acuerdos sólidos solo administraron y los que se sabían débiles perdieron oportunidades y no se arriesgaron.

Está presente el fantasma de la fractura. En el mismo partido en el poder, subyace la misma preocupación y en la oposición lo han vivido en carne propia. Morena, que ahora gobernará el estado con el mayor peso electoral y con la más grande fuente de recursos económicos, que suman 24, contado el estado que gobierna su aliado el PVEM, de las 32 que conforman la República Mexicana, lo tiene en su agenda de riesgos.

Si los opositores desean tener una participación relevante en el proceso electoral del año 2024, el objetivo de su estrategia debe ser el mismo: la construcción de acuerdos internos y dejar a un lado la lucha por algo puede estar a punto de extinguirse. Se trata de renunciar a intereses personales para darle paso a una visión de equipo. La oposición no tiene opciones, solo queda el camino de los acuerdos.