Nación321 quiere conocer y dar a conocer qué piensan los jóvenes en México. Con este fin abrimos NUEVAS IDEAS, un espacio para que los ciudadanos escriban sus puntos de vista sobre la realidad que vive nuestro país. Hoy escribe Alejandro Domínguez López Velarde
Cada vez más cerca de los siguientes comicios electorales, y con los tiempos encima, esta semana el Instituto Nacional Electores (INE) advirtió que la organización y la fiscalización del proceso federal y de los 30 comicios locales podrían ponerse en riesgo de no homologar la fecha de arranque de todas las precampañas y el día de registro de candidatos. Incluso propuso atraer la atribución que tienen los Organismos Públicos Locales (OPL) para ajustar sus plazos y fecha.
Ya de por sí se ve el tormento de la próxima jornada electoral desde que, entre excusas, se legalizó la corrupción en las elecciones de los fraudulentos comicios en el Estado de México y en Coahuila, ocultando información e ignorando toda denuncia.
Lo peor es que si se pretenden reutilizar las mismas reglas del juego de este año –reglas de por sí ya recicladas de años anteriores-, preocupa las tradicionales reacciones electorales de falta de autoridad de las dirigentes de comicios, y ponen en juego la legitimidad –otra vez- de los resultados; arriesgándonos a que un nuevo fraude se convalide.
Son varios ya los ejemplos a los que el INE, el electorado, medios de comunicación, y contendientes, deben recurrir para un intento de juego limpio antes y durante la participación en las urnas a lo largo y ancho del país el próximo año: Las elecciones de Estados Unidos, Francia y Canadá, país al que me centraré en este texto para contrastar un contexto ideal frente a nuestra miseria democracia, a pesar de ser sistemas muy diferentes.
Casi dos años han pasado desde que Justin Trudeau, y su Partido Liberal, pese a ocupar la tercera plaza en los encuestas y sondeos, obtuvieron la mayoría absoluta en las elecciones generales canadienses –elecciones, por cierto, muy parecidas en porcentajes a las anteriores federales de México-, enfrentando las intenciones reeleccionistas del presidente conservador Stephen Harper, con nueve años en el poder, y teniendo al Partido de la Nueva Democracia, de centro izquierda, como favorito, inicialmente.
Liderando su partido con éxito, el hijo del padre de la Canadá moderna, supo aprovechar la cultura electoral donde se hacen presentes condiciones para que la elección sea considerada democrática, atendiendo al respeto mutuo entre autoridades, votantes y candidatos, e imperando los principios de la libertad, el acceso a la información y la organización. Pero esto no fue posible sino tras incidentes históricos que impactaron la forma de llevar a cabo y hacer valer las numerosas elecciones en ese país.
Como lo señaló Raymond A. Landry, Comisionado para Elecciones Federales de Elections Canada, en su conferencia magistral Ética y Democracia Electoral en Canadá, "diversos factores han acelerado el ritmo del cambio y la evolución del procesod emocrático canadiense: los escándalos, la modernidad, la aprobación de la Carta de Derechos y Libertades en 1982, la intervención de los tribunales canadienses". Una serie de agentes que propiciaron la conducción a cambios de valores y cambios legislativos.
DEBATES DE LÍDERES: FACTOR QUE IMPORTA
Ningún otro evento debería tener el potencial de lograr un impacto tan importante en las elecciones como un debate. No sólo pueden formar una diferente impresión en los espectadores, sino que también puede cambiar la dirección de una campaña. Si bien los cambios en las intenciones de voto pueden no estar íntegramente relacionados con el debate en sí, los efectos directos e indirectos que produce éste son indudablemente importantes.
Según Éric Grenier, analista de encuestas de la cadena CBC, durante las cuatro últimas elecciones canadienses, los debates han movido a las encuestas por un promedio de más o menos 1.4 puntos porcentuales por partido mayoritario.Incluso, los debates en francés han tenido un mayor impacto, cambiando lasencuestas por un promedio de más o menos 3 puntos. Los debates pueden lograr desde la confirmación de los temores y preocupaciones de los votantes, hasta su disolución. Efectos que se reflejan en las encuestas postdebate y en las boletas.
Y es que sólo bastó la voluntad y acuerdo de los cuatro candidatos para tener una enorme cantidad de cobertura en los medios de comunicación y lograr su propósito de un “alcance digital sin precedente” a través de asociaciones como Google, Facebook, Twitter, Instagram, y Youtube.
Inicialmente, el Partido Conservador rechazó la propuesta del consorcio de radiodifusión que tradicionalmente transmite los debates, que incluye a CBC, Radio-Canadá, CTV y Shaw Global; luego anunció un acuerdo para celebrar dos debates televisados a nivel nacional, uno en inglés y otro en francés. Los demás partidos no se quedaron atrás con sus peticiones que seguirían el camino de la modificación al proceso electoral en este tema de campaña, solicitando la traducción del debate en italiano, mandarín, cantonés, además de su transmisión franco-británico; Trudeau levantó la mano para pedir que se incluyera público en los estudios y la participación de esa misma audiencia. Así se tenían programados ya cinco debates, “a la altura de una campaña electoral federal del 2015”, como lo manifestaron los voceros de los partidos.
El primero de ellos, tuvo como sede la ciudad más poblada del país, en agosto 2015. Los cuatro candidatos se reunieron en Toronto en un debate organizado por la popular revista Maclean’s, donde el novedoso formato incluyó pausas para mostrar la reacción del público a los temas tratados, así como la opinión de especialistas sobre el desempeño de los líderes. Tres horas fue el tiempo dedicado para el analista, votante, candidato y moderador, conjugando sus manifestaciones para resultar un rico debate de temas generales, dando así la oportunidad a la audiencia, universidades, especialistas de analizar y compartir en la transmisión de éste sus reflexiones al respecto. No satisfechos, los candidatos y la candidata tuvieron una última intervención de ronda de preguntas y respuestas con los medios y audiencia, finalizando en esa misma transmisión con el análisis post-debate a cargo de especialistas y académicos, así como comentarios de la población en general. Y, hay que decirlo, fue el actual Primer Ministro quien ganó el oído y vista del espectador, dejando ansioso al elector de los siguientes careos.
Llegaba septiembre, mes donde se tenían programados los tres siguientes debates. Harper, Mulcair, y Trudeau acudieron al llamado de The Globe and Mail –de los primeros periódicos canadienses- y Google Canada para hablar exclusivamente de los números rojos en la economía nacional. Con un tono más elevado, y un formato similar al primer debate, dimes y diretes se presentaban en una combinación inglesa y francesa. El tercer debate, dirigido y producido por el consorcio de radiodifusión tuvo como requisito el habla francés en cada intervención, para tratar temas generales. El mes cerraba con el tercer debate organizado por Facebook Canadá y Fundación Aurea una organización benéfica canadiense registrada federalmente, para apoyar a las instituciones involucradas en el estudio y desarrollo de políticas públicas. A los canadienses les interesaba el tema de políticas en materia de relaciones exteriores, por lo que los tres principales candidatos acudieron al llamado de estas grandes empresas, y abordaron exclusivamente ese tema; donde contrastaron las posiciones definidas de inclusión y de rechazo a migrantes y refugiados de los partidos canadienses, tema que incrementó la simpatía a Trudeau.
Llegaba el último debate a inicios de octubre, el segundo en francés para los candidatos. Con un formato más estricto al debate presidencial, los candidatos abordaron los temas de seguridad, economía y políticas sociales.
Así de extenso fue el choque de ideas, presentación de propuestas y análisis conjunto en el proceso de campaña de 78 días, el tercero más largo de la historia de Canadá, medio mes más corto que la pasada jornada electoral federal en México; debates organizados por las cuatro redes nacionales y de la mano de los medios digitales más grandes en el país, logrando involucrar al mayor número posible de canadienses en el proceso de debate, y cambiando la dirección de las estadísticas:
(Foto: Wikipedia)
LAS LECCIONES PARA MÉXICO
Cuando se materializan los escándalos, la modernidad e innovación, los instrumentos garantes de derechos políticos y sociales, las intervenciones justas de los impartidores de justicia, la organización civil, y demás factores que hacen evolucionar los procesos electorales, se fortalece la democracia nacional.
Una cultura consolidada del buen debate, la paciencia y el interés del electorado, la preparación y organización de medios de comunicación y el uso de herramientas modernas es lo que México debe lograr, y de manera apresurada, en cara a los siguientes comicios electorales. La omisión, inactividad, impunidad e ignorancia de las autoridades electorales, nos orillan a cambiar la forma de pensar sobre el desarrollo de campañas, a acordar las mejores reglas, como lo hicieron en 2015 los partidos canadienses. Porque aún teniendo la autoridad electoral canadiense el papel de observador imparcial e interventor en caso de causa justa, el índice internacional sobre la calidad de las eleccciones Electoral Integrity Project, calificaron las elecciones federales de 2015 de Canadá entre las mejores del mundo en términos de integridad electoral.
Urgen, no uno, varios nuevos, mejorados y prolongados debates entre los que quieren figurar en la silla presidencial mexicana. Los debates amplios, en efecto de ondulación, impactan el análisis de todo ciudadano, y amplifican cualquier proceso de elección entre debatientes.
Canadá y el Partido Liberal son un ejemplo de que cuando la oposición se organiza, se profundiza el conocimiento público, la educación y el discurso informado. El público gana si hay más debates.
Este es un espacio para conocer la opinión de los jóvenes mexicanos, por lo que las opiniones expresadas en este texto son únicamente del autor y no representan la postura de Nación321. Comentarios: info@nacion321.com