Asumir responsabilidad por tus acciones siempre ha sido un valor extraño y alejado para Hollywood. Irónicamente, nunca sabrías eso basándote en cómo se ha tratado a Will Smith después de sus muy comentadas acciones en la noche de los Oscar hace unas semanas. El jurado (en este caso, la Junta de Gobernadores de la Academia) acaba de decidir su castigo: le han prohibido de asistir durante 10 años a cualquier ceremonia organizada por la Academia. Sí, eso incluye los Oscar y cualquier evento que rodee al prestigioso evento anual.
Por si fuera poco, Smith también se ha enfrentado a una avalancha de cancelaciones de proyectos. Netflix, Sony y Warner Bros. han puesto detuvieron proyectos con el actor, que alguna vez visto como una cara segura de contenido para familias.
La acción discutida aquí fue una cachetada por un actor que ha mostrado a este punto bastante remordimiento por sus acciones. Aun así, parece que fue un acto imperdonable para una industria que, hasta hace poco, parecía abiertamente apoyar y perdonar a figuras acusadas de cosas mucho más graves. ¿Ha pasado suficiente tiempo para sugerir que, en el mejor de los casos, el castigo de Smith es una exageración, y en el peor, de un ejemplo de la hipocresía de Hollywood que ha plagado la industria durante décadas?
Sería una tontería sugerir que las acciones de Will Smith en la noche de los Oscar fueron correctas. Incluso sus más fuertes defensores reconocerían a estas alturas que la reacción violenta de Smith fue mal concebida y digna de reproche. Sin embargo, ver, incluso después de las innumerables disculpas de Smith y su renuncia de la Academia, una indignación colectiva por sus acciones me ha dejado con un mal sabor en la boca. Algunos, como Jim Carrey, han llegado a sugerir que las acciones de Smith han dejado una "mancha" en una industria que antes era mucho mejor.
Jim, ¿estamos hablando de la misma industria que hizo la vista gorda cuando forzaste un beso con una casi adolescente Alicia Silverstone en una entrega de premios hace años? ¿O es la industria que no te dio ninguna consecuencia después de difundir propaganda anti-vacunas y culparlas del autismo, causando dolor a muchas familias?
Sí, en una industria plagada por personajes como Carrey que han escapado de cualquier sentido de responsabilidad por acciones realmente dañinas en el mundo real, se hace mucho más difícil entender por qué Smith se ha enfrentado a una indignación tan exagerada.
Sí, algunos dirán que las consecuencias a las que se enfrenta Smith actualmente se deben al hecho de que ocurrieron en tiempo real, en vivo. Eso es cierto. Sin embargo, no lo hace menos extraño. A Smith le han cancelado proyectos grandes estudios de Hollywood casi al mismo tiempo en que se estrenará "Father Stu", una nueva película protagonizada por Mark Wahlberg y Mel Gibson dirigida al público religioso. ¿En qué mundo es aceptable que Wahlberg y Gibson tengan una carrera y Smith no?
Wahlberg ha sido declarado culpable de varios delitos de odio contra minorías durante su juventud. Gibson, por si lo has olvidado, ha sido acusado de violencia doméstica, comentarios homófobos, misoginia, antisemitismo y abuso, la mayoría de los cuales fueron confirmados por grabaciones y por el propio actor.
Mel Gibson no sólo ha escapado a cualquier consecuencia real por sus acciones, sino que es constantemente abrazado por la élite de Hollywood y de la política. Incluso aquí en México, no hace mucho se le vio teniendo una platica amistosa con la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, una reunión que ella misma anunció alegremente en sus cuentas de redes sociales.
En la misma reunión estuvo presente el actor Eduardo Verástegui, quien actualmente se dedica casi exclusivamente a difundir propaganda de la extrema derecha y a complacer a fanáticos religiosos extremos. Ambos, reunidos con un miembro de Morena. ¿Por qué estos personajes siguen teniendo carrera, y peor aún, siendo elevados a líderes de opinión lo suficientemente importantes como para tener reuniones con figuras como la gobernadora?
Volviendo a Smith, es realmente una pena que el actor se enfrente a una, como mínimo, larga pausa a su carrera que era hasta poco vista como muy prominente. Con su imagen familiar perturbada por sus acciones (y con cierta ayuda de los medios de comunicación), no esperen que reciba ofertas de ese tipo. Tampoco esperen que protagonice ningún drama de prestigio para adultos, ya que la prohibición de los Oscar prácticamente garantiza que no habrán nominaciones para ninguna película que quiera apostar por Smith.
A algunos les gusta sugerir que la raza no juega ningún papel en esta debacle. Sin embargo, con la reacción que estamos viendo, es difícil ver cómo Smith no ha sido en parte castigado más severamente por atreverse a hacer algo así siendo un hombre afroamericano. Un aspecto curioso de la situación que vale la pena reflexionar.
Con este caso, nunca ha habido una muestra más perfecta de cómo Hollywood y los medios de comunicación corrompen nuestra percepción de lo que está bien o mal. Mientras vemos la carrera de Smith destruirse, esperemos mucho más contenido de individuos reprochables como Gibson con poca o ninguna mención en los medios de comunicación de la hipocresía presente.
