Las recientes encuestas sobre aprobación presidencial concidieron en señalar una caída en el apoyo popular a Andrés Manuel López Obrador. En la encuesta de El Financiero del 4 de marzo, la aprobación quedó en 63 por ciento, 8 puntos menos que el mes anterior. Según el sondeo, una de las principales razones de la baja en popularidad fue la percepción de que el Presidente había sido poco empático ante las voces y exigencias femeninas: 82 por ciento expresó una opinión desfavorable acerca de cómo el Mandatario estaba tratando los feminicidios y la violencia contra las mujeres, y un 76 por ciento que afirmó que el gobierno "no está haciendo lo suficiente" en ese asunto.
Sin duda, las encuestas posteriores al 8 y 9 de marzo deberían incluir preguntas sobre el posible impacto de las movilizaciones de mujeres, pero el contexto ha dado giros en estos últimos días y quizás resulte imposible aislar el efecto de las marchas y del paro nacional en la opinión pública. Como diría un colega brasileño, la situación mudó. Primero fue el desplome de los precios del petróleo y ahora la declarada pandemia del Coronavirus.
La pregunta es obvia, pero no por ello poco relevante: bajo el nuevo contexto, ante la caída de los mercados bursátiles, las variaciones del tipo de cambio, la suspensión de actividades y eventos masivos en varios países, la suspensión de vuelos de Europa a Estados Unidos durante un mes, los costos económicos y psicológicos que todo ello conlleva, y la creciente incertidumbre sanitaria en nuestro país, ¿cómo afectará todo ello en la manera como los mexicanos ven y valoran a su gobierno?
Una posible escenario es que, ante la crisis, los ciudadanos cierren filas y apoyen a su gobierno. Para valorar una eventual recuperación de apoyo, habría que ver entre quién bajó más el Presidente. Las encuestas de El Financiero han registrado un distanciamiento en las opiniones de los mexicanos según su nivel de escolaridad. Eso no se había observado desde que inició el actual gobierno, pero comenzó a cambiar desde noviembre, cuando los universitarios se desligaron del resto mostrando un apoyo entre 13 y 17 puntos más bajo, y de 24 puntos en febrero, cuando registraron apenas 45 por ciento de aprobación. Para recuperar apoyo, el Presidente tendría que recobrar confianza entre los universitarios, lo cual no se antoja fácil bajo el contexto actual.
Otro escenario es que los niveles de aprobación no se muevan por un rato, como sucedió el año pasado, lo cual luce poco probable debido a la velocidad y magnitud de los cambios que están sucediendo.
Finalmente, el escenario negativo, una subsecuente caída en la aprobación, hay que preverlo en función de que los días y semanas que vienen la atención se enfocará en cómo el gobierno trate con la emergencia de salud, ante la cual, todo lo demás parece quedar relegado a un segundo plano.
Un 63 por ciento de aprobación sigue siendo alto. Y con ese nivel de apoyo ciudadano es que entramos a una nueva etapa.