Durante la pandemia, las encuestas nos han mostrado que la preocupación por el COVID-19 ha sido un factor muy importante para entender las posturas de apoyo o rechazo al confinamiento y aislamiento social. Entre mayor es la preocupación, mayor ha sido el apoyo al aislamiento y a las medidas restrictivas, como hemos ilustrado en este espacio. Pero, ¿qué tanto importan los niveles de información y atención de la ciudadanía a lo que está sucediendo? ¿Tiene qué ver la preocupación con el nivel de atención o no? En otras palabras, ¿se trata de una preocupación a ciegas o de una preocupación relativamente bien informada?
La respuesta que encuentro en los datos de las encuestas es muy clara: la información sí tiene mucho qué ver. Los que están más enterados de lo que sucede son los que están, a su vez, más preocupados. Visto de manera inversa, el que nada sabe nada teme. Aunque, bajo el contexto actual, ese viejo dicho no es una buena estrategia. A la pandemia hay que enfrentarla lo mejor informados posibles.
Pero no solamente eso. Muchos mexicanos parecen estar muy al tanto de la información que se está ofreciendo de manera oficial. Todos los días hay un reporte de número de contagios y de número de decesos. Para saber hasta qué grado la población está poniendo atención a esos números, en la más reciente encuesta nacional de El Financiero incluimos la siguiente pregunta: ¿Podría decirme cuántas personas fallecidas en México por coronavirus se han reportado hasta el día de ayer? Se trata de una pregunta de conocimiento factual, no de opinión.
El 47 por ciento de los entrevistados, casi la mitad, dijo "no sé". Esa mitad no está al tanto de lo que se dice en las conferencias vespertinas y que se reproduce en los distintos medios. La otra mitad, sin embargo, parece estar muy al tanto de la información. En promedio, esa otra mitad que sí respondió dijo que el número total de decesos al día anterior era 2,756. Esa respuesta subestima un poco los datos oficiales del 7 y 8 de mayo, que reportaron 2,961 y 3,160 decesos acumulados, respectivamente. Pero no está muy lejos de ellos.
Si segmentamos a los entrevistados en tres grupos según su nivel informativo, bajo, medio y alto (a tercios, dependiendo de qué tanto nos dijeron seguir las noticias por televisión, radio, periódicos o internet y redes sociales), es claro que los de menor nivel informativo subestiman el número de decesos un poco más, pero el nivel alto de información da una estimación promedio que prácticamente da en el clavo. Según la encuesta, el número de decesos promedio en el grupo más informado fue de 3,016.
Comparado esa respuesta promedio con los datos oficiales, la diferencia es apenas de entre 1.8 y 4.5 por ciento. Este "error" de estimación no está nada mal. Si los datos oficiales son confiables o no, eso es otra discusión, pero los encuestados más informados dieron una respuesta correcta, en promedio. Y los menos informados se acercan bastante, depués de todo. Al parecer, la mitad del público no va a ciegas en la pandemia. ¿Importa eso en sus actitudes?
La respuesta es sí, en la mayoría de ellas. Los más informados no solamente se muestran más preocupados, como ya se dijo, sino también más sensibles a la posibilidad de contagiarse. Para los menos informados el contagio es menos probable y, por lo tanto, sus actitudes hacia el confinamiento son más relajadas.
Según la encuesta publicada ayer en este sitio, 73 por ciento prefiere la continuación del aislamiento, mientras que 26 por ciento prefiere ya reabrir. Segmentando por el nivel de información, el apoyo a continuar el aislamiento es de 77 por ciento entre los más informados y 64 por ciento entre los menos informados.
La diferencia en este caso puede parecer menor, 13 puntos, pero en esta como en otras preguntas, el público informado luce más cautelosos que el menos informado. Estar atentos importa.