Hoy es el primer día oficial de las campañas presidenciales. Serán noventa días dedicados a las actividades de proselitismo político antes de los comicios del 2 de junio.
De acuerdo con la encuesta de El Financiero que se publica hoy en estas páginas, alrededor de dos tercios de electores dicen que ya decidieron su voto para presidente, mientras que casi un tercio de personas está indeciso o inseguro de por quién votar. Ese tercio inseguro está formado por electores más jóvenes, que definirán uno de los campos de batalla.
Podría pensarse que las campañas tienen como su principal labor convencer a ese tercio que no ha decidido del todo, pero también es importante afianzar a las bases, procurar que no haya alguna fisura que aproveche la competencia, y tratar de que algún mensaje o propuesta dirigida a los electores no comprometidos no genere resentimientos o reacciones negativas entre el voto duro.
En días recientes, la candidata de Morena ha enviado señales de acercamiento al electorado católico, y ha concedido entrevistas a medios que a lo largo del sexenio se han visto como hostiles. La lectura es que va por votos del Frente, y habrá que ver si la base obradorista no resiente esas jugadas. Sea como fuere, la posibilidad de cruzar las líneas enemigas para reclutar seguidores está abierta.
La encuesta de El Financiero revela que nueve de cada 10 morenistas ya decidieron su voto, pero hay uno de cada 10 que aún está abierto a escuchar a las diversas opciones. Del otro lado del espectro, casi todos los panistas ya se definieron, pero entre priistas y perredistas hay porciones de electores que todavía no están seguros. Para la campaña frentista será fundamental afianzarlos.
Entre el electorado apartidista, la mitad dice ya haberse definido y la otra mitad no. Ahí las estrategias en pos del votante mediano probablemente sean más visibles y comunes.
La temática principal de esta elección, el tema más urgente que ve el electorado, según el sondeo de El Financiero, es la inseguridad, el crimen, la delincuencia.
La candidata del Frente arrancó precisamente su campaña en uno de los municipios con mayores niveles de inseguridad, poniendo énfasis desde el primer momento en esa gran preocupación ciudadana.
A quien más le interesa el tema de la inseguridad es al electorado joven, al que está más indeciso, pero también a las clases medias, que, curiosamente, también se muestran más indecisas que las clases trabajadora y popular.
Esos segmentos, las clases trabajadora y popular, ponen más énfasis en la economía y el empleo, que son el segundo tema más urgente a tratar, según la encuesta, y por ello el segundo tema más importante de la elección.
El tercer tema más importante, aunque lejos de los dos primeros, es el de la corrupción, uno de los que más réditos les generó a Fox y a AMLO en las alternancias de 2000 y 2018.
¿Cuál de los dos temas podría ser más influyente en estas elecciones de 2024: la inseguridad o la economía? Puede haber distintas maneras para responder esta pregunta, pero una vía es simplemente ver qué dicen los datos del sondeo:
Para el segmento de electores indecisos, la inseguridad es mucho más importante que la economía en estos momentos.
En ese sentido, es muy probable que en la campaña de Sheinbaum se enfaticen, como lo han hecho hasta ahora, los resultados de su gestión en la CDMX en materia de seguridad pública. Y será interesante su postura ante la política de “abrazos no balazos” del Presidente saliente cuando la oposición se monte sobre ello.
Para la candidata de oposición, la inseguridad es una vía natural para atacar frontalmente el desempeño del actual gobierno. En esa vía pueden antagonizar sin que necesariamente lo hagan en otras áreas, como en los temas de apoyos y programas sociales.
Como indica la encuesta, el tema de la seguridad es todavía más importante para los indecisos que para el resto del electorado.
El otro asunto que veremos, más hacia las fases finales de la campaña que al inicio, es el de la movilización. La participación electoral ha estado en poco más o poco menos de 60 por ciento en las últimas cuatro elecciones presidenciales. ¿Seguirá en esos niveles en 2024 o habrá variaciones notables? De haberlas, ¿a quién beneficia una mayor o una menor participación?
Eso lo podremos saber un poco más adelante, cuando las preguntas sobre probables votantes en las encuestas comiencen a delinear una posible tasa de participación. Por lo pronto, que comiencen los juegos.