México tiene una enorme oportunidad, y tenemos todos una gran responsabilidad en los próximos años: crear mejores condiciones de vida para los mexicanos, con una economía próspera e incluyente, en un ambiente de libertades y respeto, en el que la ley se cumpla.
Los empresarios mexicanos hemos asumido un rol propositivo: tender puentes y buscar soluciones conjuntas que generen actividad económica, crecimiento y mayor bienestar. Estamos convencidos de que en México se puede eliminar la pobreza extrema en los próximos cinco años y, más aún, ser una de las 10 economías más grandes del mundo.
El actual Gobierno se ha basado en un muy positivo y necesario enfoque social. Es un acierto poner el acento en las personas y sus necesidades más básicas, sobre todo de los más desfavorecidos. Pero superar la pobreza sólo es posible con crecimiento económico sostenible que genere empleo digno y bien remunerado; y esto solo se da con inversión.
Atinadamente, se han mantenido la estabilidad macroeconómica, finanzas públicas sanas, dólar estable, e inflación controlada. Pero persiste el reto de lograr crecimiento económico, y revertir la baja de inversión en sectores estratégicos. El recién firmado Acuerdo para la Inversión en Infraestructura será un importante detonador. Ya se anunció un primer paquete de proyectos clave del sector privado por más de 859 mil millones de pesos, y se irán anunciando más proyectos, en todos los sectores, durante el siguiente año.
Otro aspecto importante de este año es el ánimo gubernamental y de la sociedad de combatir la corrupción. La voluntad política que se ha mostrado es, sin duda, fundamental para el futuro de México. Será indispensable fortalecer las instituciones encargadas de ello y trabajar decididamente en reducir los altos niveles de impunidad.
Sin duda, aún tenemos retos enormes; el mayor de ellos, la inseguridad. Hay niveles muy altos de violencia en todo el país. Esto afecta primeramente a las personas y comunidades, y genera un círculo negativo que inhibe la inversión y desalienta el emprendedurismo. Por lo que el gobierno deberá abordarlo de manera decidida en los siguientes años.
Por otro lado, en el marco internacional, también hay un escenario complejo. Hay indicadores de desaceleración global, incertidumbre por las guerras comerciales, el Brexit, protestas sociales en América Latina, entre otros factores, que necesariamente van a impactar en el crecimiento económico de México, y debemos estar preparados.
Un gran desafío pendiente en nuestro país es el estado de derecho, en todos los ámbitos de la actividad económica y social. Necesitamos una verdadera cultura de respeto a la ley, tanto en la sociedad como en el gobierno. Sólo en un ambiente de confianza, certidumbre y legalidad se genera la inversión necesaria para el crecimiento.
Para 2020, claramente la prioridad debe ser combatir la inseguridad, e incentivar la economía para impulsar la inversión pública y privada, que generen empleos de calidad y mayor bienestar para combatir la pobreza y la desigualdad.
Los empresarios mexicanos estamos listos para trabajar e invertir por México. Seguros de que el gobierno actuará en estricto apego a la legalidad, para dar certidumbre jurídica y económica. Será tarea de todos lograr, ahora sí, un verdadero cambio para nuestro país.