Las posibilidades de que se construya la planta de Tesla en Nuevo León en un plazo razonable son cada día más remotas.
El entorno que está viviendo la empresa automotriz de Elon Musk es muy complicado, y completamente diferente al que existía cuando hizo oficial el anuncio de la inversión en Pesquería, Nuevo León, en una reunión con inversionistas el 2 de marzo de 2023.
Ayer, una noticia impactó fuertemente a las acciones de la empresa automotriz: se anunció el recorte del 10 por ciento de la plantilla de sus 140 mil trabajadores.
Cuanto han cambiado las cosas que el precio de la acción de Tesla llegó a rebasar los 400 dólares en noviembre de 2021 y ayer estaba en 163 dólares, lo que implica una caída de casi 60 por ciento.
La producción de Tesla en el primer trimestre cayó en 1.6 por ciento respecto al mismo nivel del año anterior y sobre todo, estuvo muy por debajo de las expectativas.
La gente está comprando menos Tesla de los que Musk y su equipo pensaban, lo que les ha hecho reconsiderar planes.
Sin embargo, no del todo.
La próxima semana Musk estará en India y se reunirá con el Primer Ministro Narendra Modi. Todas las señales indican que se anunciará la construcción de una nueva planta de Tesla.
India ha reducido las tarifas aplicables a los autos eléctricos importados bajo la condición de que haya inversiones por al menos 500 millones de dólares y se instale alguna planta, mientras que Tesla empezó hace algunos meses en su planta de Alemania a producir autos con el volante del lado derecho, precisamente para el mercado de la India, un mercado que Musk considera que puede expandirse de manera importante en el futuro.
Desde hace mucho tiempo hemos aprendido que con Musk siempre hay muchas cosas impredecibles y que sus decisiones pueden cambiar en cualquier momento.
Sin embargo, las señales están resultando claras. El mercado norteamericano se ha contraído por efecto de las mayores tasas de interés, superiores a las previstas, y que ahora ya nadie apuesta cuándo van a empezar a bajar.
Si la expansión de Tesla a Nuevo León era para producir autos esencialmente orientados al mercado norteamericano, pareciera carecer de sentido la inversión en un momento en el que se anuncia un recorte de personal de 14 mil personas en el mundo.
No es imposible que la planta se construya, pero como se ve el panorama en este momento, no pareciera que esto vaya a suceder en un plazo de un par de años.
Lo que ha ocurrido con Tesla es para aprender la lección respecto a la realidad del nearshoring.
Una cosa son las promesas, incluso las maquetas digitales o físicas de los proyectos, y otra diferente, las realidades.
Le cuento otra de las realidades: el apoyo del gobierno de EU a las inversiones en territorio norteamericano.
Ayer se dio a conocer un subsidio de 6 mil 400 millones de dólares otorgado por el gobierno norteamericano a la empresa coreana Samsung para que realice una inversión de alrededor de 40 mil millones de dólares en una fábrica de chips en el estado de Texas.
Lo anterior no implica que el proceso de nearshoring en México naufrague.
Pero, realidades como las anteriores, deriven de cambios en el entorno o de la política de fomento que ha lanzado el gobierno de Estados Unidos.