Enrique Quintana: ¿Cómo será la recesión que viene?

La mayoría opina que el clima para hacer negocios empeorará en los siguientes seis meses
La mayoría opina que el clima para hacer negocios empeorará en los siguientes seis meses
Visualizando.La mayoría opina que el clima para hacer negocios empeorará en los siguientes seis meses
Shutterstock
autor
Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2022-10-13 |07:06 Hrs.Actualización07:06 Hrs.


La mayor parte de los expertos ya no se pregunta si habrá una recesión global o no en los siguientes meses.

La duda que flota es de qué profundidad será y cuál su duración.

En la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial en Washington, que es como la cumbre financiera anual, la discusión principal es el incierto escenario de la inflación, las tasas de interés y de la posible recesión.

Los pronósticos del FMI, que fueron dados a conocer hace un par de días, establecen que la economía norteamericana solo crecería en 1 por ciento en el 2023.

Ese 1 por ciento promedio probablemente se componga de cifras negativas en el primer trimestre o incluso en el segundo y un efecto de rebote en la segunda mitad del año.

En el caso de Europa, la situación es mucho peor. El estimado de crecimiento para la zona euro es de apenas 0.5 por ciento. Pero en los casos de Alemania e Italia, las economías número 1 y 3 de la región, la expectativa es que haya una cifra negativa para todo el año.

En oriente, las cosas estarán un poco mejor… pero no demasiado.

Japón crecería en 1.6 por ciento, mientras que China lo haría en 4.4 por ciento, que, aunque parece bien para nuestros parámetros, es una cifra muy baja para los estándares y las necesidades de ese país.

Ya aterrizando en México, el crecimiento estimado está en 1.2 por ciento para 2023.

El FMI está entre las instituciones multilaterales que tienen el pronóstico más negativo, pero es igual al consenso de los analistas en México.

Como en el caso de Estados Unidos, pudiera ser que tuviéramos un comportamiento muy diferenciado en el tiempo.

Quizás en el último trimestre de este año ya observaremos un decrecimiento respecto al tercero. Y en el primero del 2023, incluso también con relación al mismo periodo del año anterior.

Hay más interrogantes que respuestas respecto a la profundidad y la duración de la recesión que viene.

Una encuesta de KPMG entre 1 mil 300 directivos de empresas globales encontró que el 86 por ciento coincide en que tendremos una recesión en los próximos 12 meses. Pero, el 58 por ciento considera que ésta será corta y relativamente suave.

Las mismas preguntas, pero solo para los directivos de empresas de EU, reflejan más pesimismo. Un 91 por ciento visualiza recesión y solo un 34 por ciento anticipa que será corta y suave.

En el caso de México, la encuesta mensual del Banxico entre especialistas del sector privado señala que el 54 por ciento de los entrevistados opina que el clima para hacer negocios empeorará en los siguientes seis meses, mientras que solo el 11 por ciento visualiza que mejorará.

En términos generales, la expectativa que se puede dibujar hacia adelante es la de una recesión cuyos signos empezarán a notarse quizás antes de que termine el año, pero que tendrá su momento más crítico tal vez en la primera mitad del 2023.

La mayoría descarta, sin embargo, que tenga una capacidad destructiva equiparable a la de recesiones que vivimos en el pasado.

Eso podría implicar, por ejemplo, que las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos quizás podrían bajar respecto a los niveles récord que se han alcanzado este año, pero seguirían probablemente en niveles elevados si se comparan con los de años anteriores.

Y, en el caso del mercado interno, quizás tendríamos solamente una desaceleración de la economía, pero difícilmente de una dimensión tal que genere problemas económicos mayores.

Pero, hay que tomar en cuenta que nos enfrentamos a un entorno extremadamente complejo.

Hay muchas variables que son inciertas, tanto en el ambiente económico mundial como en las circunstancias locales.

Así que hasta los pronósticos del consenso hay que tomarlos con pinzas porque seguramente las circunstancias van a cambiar.

La clave hoy en las empresas es flexibilidad para ajustarse a ese entorno que pinta extremadamente cambiante.