Enrique Quintana: ¿Cuántos votaremos el domingo?

Estamos muy lejos de las democracias en las que la tasa de participación es más alta.
Estamos muy lejos de las democracias en las que la tasa de participación es más alta.
En México.Estamos muy lejos de las democracias en las que la tasa de participación es más alta.
Cuartoscuro
autor
Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2018-06-29 |07:27 Hrs.Actualización07:27 Hrs.


Una de las interrogantes que habrán de resolverse el próximo domingo es el porcentaje de mexicanos en edad de votar que realmente acudiremos a las urnas.

La historia muestra que la elección presidencial en la que ese porcentaje fue más alto ocurrió en 1994. En el año terrible de la insurrección en Chiapas y de los asesinatos políticos, la tasa de participación fue de 77 por ciento.

Sin embargo, esa no ha sido la norma.

Seis años atrás, con todo y que en 1988 se presentaba la primera elección realmente competida en la historia de México, la participación no llegó siquiera al 50 por ciento del padrón: 47.4 por ciento.

Eran otros tiempos. Mucha gente no votaba porque siempre ganaban los mismos. La competencia electoral era irrelevante, salvo en algunas entidades y ciudades.

Sin embargo, en las elecciones de la alternancia, cuando ganó por primera vez la Presidencia un partido diferente al PRI en el año 2000, la participación apenas llegó al 64 por ciento.

En el año 2006, en las elecciones más competidas y polémicas de la historia del país, la participación bajó aún más y quedó en 58.5 por ciento.

Y en las más recientes elecciones presidenciales, las de 2012, esa tasa alcanzó el 63.1 por ciento.

Los estudios demoscópicos realizados por El Financiero en este proceso electoral han estimado una tasa de participación que no sería muy diferente a la de las pasadas elecciones, llegando a un 64 por ciento de participación.

O, si se quiere ver de otra manera, los estimados nos dicen que habrá un 36 por ciento de abstencionismo en las elecciones del domingo.

En nuestro país, estamos muy lejos de las democracias en las que la tasa de participación es más alta. El número uno del mundo es Singapur, con una participación del 93.5 por ciento. En nuestra región, los ciudadanos más participativos están en Uruguay, en donde la tasa es del 88.6 por ciento.

Sin embargo, en nuestro país hay más participación electoral que en Estados Unidos. Las elecciones en las que ganó Trump en 2016, tuvieron un abstencionismo del 45 por ciento.

La lista nominal actualizada para las elecciones del domingo alcanzó los 89.1 millones de electores. Esto quiere decir que, si las estimaciones de participación se hacen efectivas, habrá 32 millones de mexicanos que no votarán, estando legalmente habilitados para hacerlo.

Con los supuestos anteriores, cada punto porcentual de votación válida en las elecciones del domingo valdrá aproximadamente 570 mil sufragios.

Es decir, si uno de los candidatos –como dicen las estimaciones– llega al 50 por ciento de la votación efectiva, esto significará que obtendría 28.5 millones de votos, una cifra inédita en la historia del país.

En elecciones previas a 1988, aunque el PRI ganaba con porcentajes más elevados, el padrón era más pequeño. Por ejemplo, aunque en 1976 López Portillo ganó con el 91.9 por ciento de los votos, esto representó 16.4 millones de sufragios.

Hasta ahora, la mayor cantidad de votos, en términos absolutos, obtenida por un candidato presidencial correspondió a Peña Nieto, quien en 2012 obtuvo 19.2 millones de sufragios.

Veremos ya en pocas horas cuál será el real nivel de participación en 2018.