Enrique Quintana: El futuro inmediato viene mejor de lo previsto

Hay datos que resultan sorpresivos en la encuesta del sector privado... hay un exceso de pesimismo
Hay datos que resultan sorpresivos en la encuesta del sector privado... hay un exceso de pesimismo
El futuro.Hay datos que resultan sorpresivos en la encuesta del sector privado... hay un exceso de pesimismo
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Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2022-11-02 |07:08 Hrs.Actualización07:08 Hrs.

El Banco de México dio a conocer ayer su tradicional encuesta entre especialistas del sector privado.

En ella se establecen las perspectivas económicas y del clima de negocios para el futuro inmediato y algunas para el largo plazo.

Hay datos que resultan sorpresivos en esta encuesta y que esta vez no comparto con el consenso pues creo que en general hay un exceso de pesimismo. Le expongo algunos de ellos.

1-El crecimiento de 2022.

De acuerdo con la encuesta para el 2022 la economía crecería a una tasa de 2.1 por ciento.

Para que este comportamiento se haga realidad, el crecimiento del cuarto trimestre del año a tasa anual debería ser de 0.3 por ciento apenas. Y para que eso sucediera, el PIB del cuarto trimestre debería ser menor en 2.7 por ciento al del tercero, lo que se ve realmente remoto.

Supongamos que en los últimos tres meses del año ya no hay crecimiento y que la tasa trimestral es igual a cero. En ese caso, el crecimiento de la economía a tasa anual sería de 3.0 por ciento para ese trimestre y de 2.5 por ciento para todo el año.

Creo que pensar en una tasa cercana a esa cifra es más realista que el 2.1 por ciento que arrojó la encuesta.

2-El crecimiento para 2023.

El consenso de expertos revisó a la baja sus expectativas de crecimiento para el próximo año y las ubicó en 1.0 por ciento.

Obviamente, una caída tan marcada respecto al resultado de este año se explica en buena medida por el escenario de una recesión en Estados Unidos.

Sin embargo, hasta ahora pareciera que la recesión que eventualmente vendría sería relativamente leve y corta, tanto como para que el crecimiento de EU en 2023 fuera de 1.0 por ciento en promedio, según el pronóstico del FMI.

Si en México, la dinámica del mercado interno sigue positiva, probablemente se amortigüe en alguna medida el impacto que podría tener un freno en Estados Unidos, por lo que no sería raro que el crecimiento resultara superior.

No en un 3 por ciento, como prevé Hacienda, pero quizás cercano al 2 por ciento, el doble de lo establecido.

3-La inflación del 2023.

El pronóstico es de 5.09 por ciento, lo que sería una baja importante desde el 8.5 por ciento que se anticipa para el cierre de este año.

A diferencia del tema del crecimiento, creo que en este caso hay un exceso de optimismo.

Me parece que hay demasiadas incertidumbres y que quizás es más sensato pensar en una inflación que estará más bien arriba del 6 por ciento, como anticipa el FMI.

4-Las tasas de interés.

Se espera que terminemos este año con un nivel de tasas de 10.50 por ciento. Esto significaría seguramente que haya un incremento de 0.75 por ciento el 10 de noviembre y otro de 0.50 el 15 de diciembre, lo que parece plausible.

Pero, además, es significativo que para diciembre de 2023 se estime una tasa de interés de referencia de 10.25 por ciento, es decir, prácticamente no se está considerando que haya reducciones de las tasas en el curso del próximo año.

Cuando se ven estas expectativas no puedo uno sino llegar a la conclusión de que hay un sesgo pesimista en las perspectivas de crecimiento y mayor equilibrio en las de inflación y tasas.

Como le comentaba más arriba, hay diversos ingredientes que nos hacen pensar en mejores números para el futuro inmediato.

El pesimismo no es nuevo. Por ejemplo, en agosto de este año se estimaba que el crecimiento económico de este año sería de apenas 1.8 por ciento.

El resultado real va a arrojar cifras muy superiores.

La realidad -como siempre- va a acabar imponiéndose.

Ya lo veremos.