En los últimos días han crecido las dudas fundadas respecto a que sean precisas las cifras oficiales de los contagiados, y sobre todo de los fallecidos, por Covid-19 en México.
En el Taller de Datos de Nexos, los autores del estudio “¿Qué nos dicen las actas de defunción de la CDMX”?, publicado el pasado 25 de mayo, actualizaron las cifras al cierre del mes.
Mario Romero Zavala y Laurianne Despeghel nuevamente encontraron que existe una fuerte discrepancia entre los fallecimientos promedio de los últimos años y los que se han presentado en 2020. Además, detectaron que se puso un CAPTCHA para impedir que se hiciera uso de algoritmos para analizar las actas de defunción en el Registro Civil de CDMX y se obligó a que la consulta se realizara manualmente. Obviamente, se buscó impedir el análisis.
En el mes de mayo, esta discrepancia fue de 11 mil 646 actas. Si se consideran los acumulados de marzo a mayo son de 14 mil 516.
La cifra oficial de fallecidos por Covid-19 en la Ciudad de México es de 3 mil 729 personas. Así que una de las hipótesis es que podría haber más de 10 mil casos de fallecidos por la pandemia en la CDMX que no se han reportado en la estadística oficial. Aunque, también podrían ser fallecidos por otras causas que no fueron atendidos como ocurría en años previos, por la saturación hospitalaria derivada de la pandemia.
Otra de las evidencias respecto a problemas con las estadísticas la ofreció el propio presidente de la República. El jueves pasado expuso en su conferencia mañanera un gráfico en el cual se presentaban los casos de fallecidos en la Ciudad de México en el periodo del 1 de abril al 3 de junio en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). El número de los casos expuestos sumó 8 mil 526 personas, mientras que las cifras oficiales de la ZMVM indican 4 mil 322 para ese periodo.
Otra discrepancia se ha dado con los estados. Por ejemplo, ayer, el gobierno de Yucatán decidió mover su “semáforo” a color naranja, en virtud de que sus datos no coincidían con los del gobierno federal, que lo mantenía en rojo. Otros estados, como Baja California, Puebla o Jalisco, también han expresado en diversos momentos discrepancias con los datos de la Secretaría de Salud federal.
Las diferencias también se expresan en proyecciones distintas.
Ayer, se cumplió un mes de la fecha en la que –según lo dicho por el doctor López-Gatell– debimos haber llegado al techo de los contagios.
Treinta días después éste no se ve.
Algunos de los modelos acreditados que se utilizan a nivel internacional dan otras fechas. El muy conocido, de Youyang Gu, establece la tercera semana de julio como la fecha estimada para ese punto máximo. En contraste, el modelo del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) no define un punto máximo aún y proyecta casi 52 mil fallecidos para el 4 de agosto. Es decir, habría cerca de 38 mil fallecidos más en los próximos 57 días.
Las estimaciones de contagiados y fallecidos no son un mero ejercicio estadístico.
El cambio en los colores de los semáforos regionales depende de la dinámica de la pandemia, por lo que un mayor retraso en la reducción de casos, y por tanto, una mayor demanda hospitalaria, puede prolongar más el confinamiento.
Dudo mucho que exista en el ánimo del presidente López Obrador, la disposición a alargar mucho más tiempo el encierro.
Creo que habrá una fuerte presión política desde el gobierno para abrir la economía, al margen de cómo vayan los contagios.
Lo que el presidente ha dicho es que si se salen de parámetro los datos… pues volvemos a cerrar.
Y, como se ven las cosas, creo que será el escenario más probable.
Abriremos, y tras el repunte de los casos, volveremos a cerrar, y entonces… llegará la segunda ola.
Como siempre he dicho: espero en verdad estar equivocado.