Una y otra vez, he escuchado en los últimos días, en medios de comunicación o en conversaciones privadas, la afirmación siguiente: estamos en crisis económica.
Y, me ha sorprendido que empezamos a dar casi como un hecho indiscutible que es así.
A riesgo de ir en contra de la opinión de la mayoría, yo difiero. Creo que estamos lejos de estar en una crisis, pese al dólar y las gasolinas.
Permítame ir por partes.
1. El crecimiento económico. Ayer, el secretario de Hacienda dio a conocer que estima que, en 2016, la economía mexicana haya crecido en 2.2%. El grupo de economistas que quincena tras quincena encuesta Citibanamex estima un crecimiento de 2.1%.
Para este año, ese promedio es de 1.7% y los más pesimistas piensan que será de poco menos de 1%. En este momento, no hay analistas serios que visualicen una caída de la economía en este año. La última vez que México tuvo una caída al término de un año fue en 2009, con un retroceso de 4.7%.
2. La inflación. El pronóstico de inflación para este año es de 4.7%, en el consenso que recoge Citibanamex. Los más pesimistas hablan de una inflación que estaría un poco más allá de 5% al término del año.
Es cierto que se trataría de la inflación más elevada de los últimos 8 años, pero estaría aún por abajo del 6.5% que se registró al término del 2008 y no hablar del nivel del 9% con el que terminamos el año 2000.
3. El desempleo. La tasa de desempleo a noviembre del año pasado (último dato disponible) está en 3.6%, la menor desde la mitad de 2008. La tasa de subocupación fue de 7.04%, también la menor desde octubre de 2008.
4. El salario real. En el mes de diciembre, las revisiones contractuales de los salarios promediaron 3.9% de incremento. Con una inflación pronosticada de 4.7% para el final del año, el poder adquisitivo del sector formal caería en 0.8%, lo que no parece precisamente marcar una crisis.
5. El dólar. La divisa norteamericana se encareció en 20.6% en los últimos 12 meses. En este caso se trata de la peor depreciación de nuestra moneda para un año completo en lo que va de este siglo, y por lo mismo de un cambio profundo que sí puede poner en crisis a quien requiera estructuralmente dólares y sólo pueda obtener ingresos en pesos.
6. El mercado interno. El año 2016 no sólo no fue de crisis para el comercio y la banca, sino que fue uno de los mejores de la última década. El crecimiento de las ventas comparables de la ANTAD era de 6.5% en noviembre. Se tendrán cifras de todo el año en los próximos días.
Y si ese es el cuadro, ¿por qué hay la sensación de que estamos en crisis?
Por dos cosas. Por el temor y la incertidumbre respecto a las consecuencias del gobierno de Trump, y por la percepción que asume desde hace muchos meses, que las cosas andan mal en México.
Existe el riesgo de que el gobierno de Trump pueda traer consigo una crisis, ésta sí real, en todas las variables que listamos. Puede ocurrir. Pero, no vivamos la pesadilla antes de tiempo.
Más bien, ocupémonos en tratar de minimizar los costos, aun en el peor de los escenarios.