Enrique Quintana: Iberdrola y sus misterios

Las cifras no cuadran para imaginar que se agrega el 16% adicional a la CFE
Las cifras no cuadran para imaginar que se agrega el 16% adicional a la CFE
Las incógnitas.Las cifras no cuadran para imaginar que se agrega el 16% adicional a la CFE
Especial
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Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2023-04-13 |08:23 Hrs.Actualización08:22 Hrs.

El acuerdo de venta de 13 plantas eléctricas de Iberdrola ha dejado más misterios en la medida que se observan con más y más detalle la transacción y la forma en la que se presentó.

Un tema que genera interrogantes es el salto que presuntamente se tendría en la generación por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Le recuerdo que, al anunciar la transacción el pasado 4 de abril, el presidente de la República señaló que con ella la CFE pasaría de generar 39.6 por ciento del total de la electricidad a 55.5 por ciento. Es un salto de casi 16 puntos porcentuales.

AMLO también recordó que el compromiso de su gobierno fue llegar al menos a 54 por ciento del total al término del sexenio generado por la CFE, lo que ya sería rebasado con la operación con Iberdrola.

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Rosanety Barrios, analista del sector eléctrico, me llamó la atención respecto a un hecho interesante.

De las 13 plantas que serán vendidas por Iberdrola, 10 operan bajo la figura del Productor Independiente de Energía (PIE).

Dicha figura es previa a la reforma eléctrica del año 2013 y consiste en que productores privados de energía (como fue el caso de Iberdrola) firman un contrato con CFE para entregar la totalidad de la energía generada por ellos a la CFE.

En las estadísticas del Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía, la energía generada por las empresas que configuran los PIE ya está considerada como parte de la CFE, pues es la empresa que comercializa esa energía.

De la capacidad de generación de las plantas vendidas por Iberdrola, 86.7 por ciento, bajo ese criterio, ya era considerado como parte de la CFE.

Es decir, solo se agregaría 13.3 por ciento de la capacidad eléctrica vendida por Iberdrola en adición a lo que podría comercializar la empresa estatal.

De las tres plantas de Iberdrola cuya energía no era comercializada por la CFE, dos estaban paralizadas por litigios, Enertek y Monterrey III y IV.

En conjunto esas tres plantas representan 1.9 por ciento de la capacidad de generación total en el país.

Las cifras no cuadran para imaginar que se agrega el 16 por ciento adicional a la CFE.

Bueno, pero se puede argumentar que ahora todas las plantas de Iberdrola ya van a ser parte de la CFE.

Pues no.

Resulta que, hasta donde se conoce la transacción, lo que cambia es la propiedad de las plantas.

Antes de que se cierre la operación de venta, el contrato de la CFE era con la empresa privada Iberdrola. Después de cerrada la transacción, el contrato será con Mexico Infrastructure Partners (MIP), también una entidad privada.

La diferencia en ambos esquemas estará en el hecho de que el operador de las plantas hoy es Iberdrola y en el futuro lo será la CFE.

Pero, claro, se supone que el MIP estará respaldado por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), que es un fondo del Estado mexicano.

Correcto, pero eso no le da la propiedad a la empresa eléctrica del Estado.

Imaginemos por un momento que sí transfiere propiedad a la CFE y que entonces sí se va a sumar poco más de 14 por ciento de la capacidad de generación que existe en el país a la empresa estatal.

Bueno, pues si ese fuera el caso, tendría mucho que decir la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) ya que, al no haber cambiado el marco constitucional del mercado eléctrico, se requiere la autorización de este regulador para que ocurra la concentración que implica la compra de las plantas a Iberdrola.

Andrea Marván, la nueva presidenta del organismo, refirió a El Financiero hace pocos días que el sector energético era uno de los objetivos estratégicos de la institución a su cargo.

Pues vaya ‘papa caliente’ le va a caer con el tema de la autorización de esta operación, ya que el presidente de la República o el director de la CFE podrán decir lo que quieran, pero necesitan el visto bueno de este ente autónomo para que la transacción se realice.

Así que como usted ve, parece que todavía hay muchos misterios que develar en este asunto de la compra de las plantas a Iberdrola.