Enrique Quintana: La preocupación mayor... el próximo año

Los principales problemas no se presentan en el año de elecciones sino en el primero de la administración entrante
Los principales problemas no se presentan en el año de elecciones sino en el primero de la administración entrante
Lo que viene.Los principales problemas no se presentan en el año de elecciones sino en el primero de la administración entrante
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autor
Enrique Quintana
Director General Editorial de El Financiero.
2024-05-31 |06:57 Hrs.Actualización06:57 Hrs.


Un análisis de lo que ha ocurrido con la economía en los años de elecciones presidenciales y en el siguiente, muestra que los principales problemas no se presentan en el año de elecciones sino en el siguiente, el primero de la administración entrante.  

Veamos algunos datos y luego obtengamos algunas conclusiones.

1-La elección del 2018.

En el proceso electoral que llevó a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador, veníamos de un año, el 2017, en el que las tasas de crecimiento del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) fueron cercanas al 2 por ciento en la última parte del año y se mantuvieron en niveles similares durante las campañas.

Sin embargo, fue notorio el freno que se presentó en la parte final del 2018, donde el ritmo promedio de crecimiento bajó del 1 por ciento.

A mi parecer, lo que explica principalmente ese cambio fue el anuncio de la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, que modificó profundamente la imagen que los inversionistas tenían del gobierno de AMLO. Las tasas negativas se mantuvieron a lo largo del año 2019, siendo un mal primer año de gobierno.

2-La elección del 2012.

El ritmo de crecimiento de la economía en el arranque de la campaña que llevó al triunfo de Enrique Peña Nieto en 2012 era superior al que tuvimos posteriormente, estaba por arriba del 3 por ciento. A lo largo del año y después del triunfo de Peña hubo una visible desaceleración, que se agravó en el 2013, el primer año de la nueva administración en el que incluso hubo tasas inferiores al 1 por ciento en algunos meses.

En ese momento, fue el apretón del gasto público lo que condujo a que la economía frenara. Sin embargo, ya para el final del primer año, con las reformas estructurales en curso, sobre todo la energética, la actividad repuntó.

3-La elección del 2006.

Si hubo un proceso electoral que podría haber estresado a la economía fue el del año de 2006. Desde los primeros meses de aquel año creció el encono entre las corrientes que respaldaban a López Obrador y quienes apoyaban a Felipe Calderón. Fueron meses de campañas muy duras. Pese a ello, la economía mantuvo tasas de crecimiento de 5 a 6 por ciento.

Después del controversial resultado y del plantón en el Zócalo y Reforma, bajaron un poco, pero la economía siguió creciendo a un ritmo superior al 3 por ciento. En el 2007, el primer año de gobierno, sí hubo un freno económico visible, que bajó las tasas a niveles de 2 y hasta 1 por ciento. Nuevamente, pareciera que el estrés derivado del arranque de sexenio tuvo mucho que ver con esta baja.

4-La elección del año 2000.

Durante el proceso electoral en el que por primera vez se produjo la alternancia en la Presidencia de la República, con el triunfo de Vicente Fox, la economía creció a tasas de 5 y 6 por ciento. El empuje que el TLCAN le dio a la economía mexicana fue extraordinario.

Pero, a pesar de ello, en el 2001, durante el primer año del nuevo gobierno, otra vez observamos que el ritmo económico bajó sensiblemente, con tasas negativas que dieron lugar a una leve pero prolongada recesión. Factores externos y el efecto del cambio de gobierno fueron los elementos principales.

5-La elección de 1994.

El año que vivimos en peligro, por los asesinatos políticos, los secuestros y la rebelión zapatista, no le pegó gran cosa a la actividad productiva. En noviembre de 1994, la economía creció 6.4 por ciento.

El problema fueron los desequilibrios fiscales y de balanza de pagos, y la falta de acuerdo entre las administraciones entrante y saliente (del mismo partido, por cierto) para procesarlas.

Por esa razón, 1995, el primer año del nuevo gobierno, fue de desastre tras “el error de diciembre”.

Esta breve revisión nos señala que la economía mexicana ha sido poco sensible a los procesos electorales. Los cambios, durante el año de la elección tienden a ser menores.

No es así en el arranque de cada gobierno. Tanto en los casos de continuidad del mismo partido como de alternancia, encontramos casi como regla un freno a la actividad económica, que en 1995, 2001 y 2019, dio lugar a que tuviéramos registros negativos en la actividad económica.

Observando las condiciones y cifras de este año y las perspectivas del siguiente, creo que el desempeño de la economía en el 2025 es la principal preocupación.