Una de las razones por las que el gobierno de Trump propuso la renegociación del TLCAN es porque considera que, como consecuencia del Tratado, se presentó una importante pérdida de empleo en el sector manufacturero de los Estados Unidos.
La caída en la ocupación en las fábricas es un hecho cierto. Las razones por las que lo explica el gobierno de EU son incorrectas. Son una falacia.
Veamos.
El nivel más elevado del empleo manufacturero para un mes de febrero (para compararlo con el último dato disponible), ocurrió en el año de 1979. En esa fecha había ocupados 19.4 millones de trabajadores en las manufacturas.
Para el mes de febrero de 1994, apenas arrancando la operación del TLCAN, la cifra había bajado ya a 16.8 millones.
Esto quiere decir que antes de la vigencia del Tratado ya se había dado una reducción de 13.4 por ciento en el número total de trabajadores de las manufacturas en EU, equivalente a 2.6 millones de empleos.
De hecho, durante los seis primeros años del TLCAN entre febrero de 1994 y el mismo mes del año 2000, hubo una recuperación de los empleos en la manufactura en EU, los cuales crecieron en 2.5 por ciento, el equivalente a 423 mil empleos.
La historia cambió a partir del año 2000. Entre febrero de ese año y el mismo mes del año 2010 se perdió uno de cada tres empleos en la manufactura de EU, equivalentes a 5.8 millones de puestos de trabajo.
Por si usted no lo recuerda, en el año 2000 China ingresó a la OMC.
Pero, además, en ese periodo se aceleró el proceso de automatización de las manufacturas.
En el año 2000, Estados Unidos importó 100 mil millones de dólares de productos provenientes de China. Para el 2010, la cifra había crecido a 366 mil millones. Un aumento de 266 mil millones en una década.
Las compras de EU a México pasaron de 137 mil millones en el año 2000 a 232 mil millones una década más tarda. Un alza de 95 mil millones de dólares, poco más que una tercera parte de lo que se incrementaron las compras a China.
Pero si tomamos el periodo de 2000 a 2016, el incremento de las importaciones de China por parte de EU fue de 362 por ciento, mientras que el incremento de las compras procedentes de México creció en 119 por ciento.
Veamos el otro factor. La productividad del trabajo en la industria de las computadoras en EU creció en 90 por ciento entre el 2000 y el 2015.
Esto implica que cada trabajador genera casi el doble del valor que generaba 15 años atrás.
En el caso de la industria automotriz, el incremento es de 87 por ciento en el mismo lapso.
En un par de semanas –de acuerdo a lo declarado el viernes pasado por Wilbur Ross– el gobierno de Estados Unidos deberá notificar a su Congreso la intención de renegociar el TLCAN. En esa notificación deberá exponer los objetivos de la renegociación.
Va a ser importante para México que se aprecie que Trump está haciendo un diagnóstico equivocado.
La renegociación no va a traer de nuevo los 7 millones de empleos manufactureros que se perdieron en las últimas tres décadas.
Si ese fuera el objetivo de la renegociación, vamos a empezar mal.
El propósito debería ser aumentar la competitividad de la manufactura regional para poder ganar más mercados en la propia región y en otros lugares