Hay una guerra entre los inversionistas y los bancos centrales.
Ayer, Jerome Powell, el banquero central más poderoso del mundo, señaló que habrá nuevos incrementos en las tasas de interés y también reafirmó que no hay bases para pensar que desde este mismo año podría haber reducciones.
Todo –o buena parte– del 2023, va a estar caracterizado por la lucha entre las visiones de los bancos centrales y los inversionistas.
Los mercados, es decir, la mayoría de los inversionistas, piensan que habrá bajas en las tasas de interés antes de que termine el año.
No se trata de un duelo académico.
Hay miles de millones de dólares que están apostado a que la Fed está engañando al mercado y acabará con reducciones de las tasas.
Hay otros que piensan que los mercados actúan honestamente y que tendremos ajustes, al margen de las opiniones de la Fed.
Y cada vez son menos los que coinciden con la autoridad monetaria y piensan que no se presentarán bajas en las tasas este año.
Todo el 2023 va a estar caracterizado por este duelo.
¿Cuál va a ser la posición de las autoridades monetarias?
Ayer, como le dijimos, ya lo expresó Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, van a seguir los incrementos de las tasas.
Pero, el mercado no le cree.
Aunque creo que la Fed va a ganar el duelo.
Para México, eso es un reto.
Este jueves, el Banxico va a observar la inflación de enero, que se dará a conocer a las 6 de la mañana y, seguramente, va a confirmar un incremento de un cuarto de punto en las tasas de interés en México.
El reto que va a estar abierto en los siguientes meses es por cuánto tiempo el Banxico va a tomar decisiones equivalentes a las que toma la Reserva Federal.
No lo sabemos, pero tenga la certeza de que en el corto plazo van a seguir.
Se habla mucho del desacoplamiento.
En el corto plazo no lo veo viable. Tal vez en algunos meses.
Creo que el Banxico no va a tomar el riesgo de separarse de la Fed.
Es demasiado arriesgado por ahora para nuestro banco central separarse de la dinámica del banco central norteamericano.
Faltan todavía varios meses para que el tema esté en la mesa.
Va a haber críticas, que piensan que mientras en Estados Unidos la actividad económica, expresada sobre todo en el mercado laboral, está robusta, no sucede lo mismo en México.
Ojalá el Banxico ignore esas consideraciones.
Su mandato constitucional es controlar la inflación. Ningún otro.
Como le hemos comentado en este espacio en un sinnúmero de ocasiones, es mucho más importante para el país mantener la estabilidad, aunque eso implique sacrificar el crecimiento.
Cuando nos hemos enfrentado a trastornos financieros y la estabilidad se ha perdido, el costo en materia de crecimiento y de nivel de vida ha sido enorme para la mayoría de la población.
Es preferible perder algunos puntos en materia de crecimiento en un año que arriesgar en la estabilidad.
Ojalá hubiera margen para maximizar las dos variables.
La realidad es que en el corto plazo hay que elegir.
Y no hay ni la menor duda de que la elección corre por el curso de la estabilidad.
Hasta ahora, el Banxico ha honrado su mandato constitucional, y no veo ninguna razón por la que de deje de hacerlo.
En México, como en otros lugares, el mercado tendrá que someterse al mandato de la autoridad.
Y, para nosotros, lo crucial es que el 2023 o 2024 no vaya a ser un tiempo de inestabilidad.
Nos costaría lo indecible.