El dólar llegó ayer a un mínimo de 19.20 pesos, que es el nivel más bajo desde el 8 de noviembre, cuando Donald Trump ganó la elección presidencial.
Este comportamiento deriva de hechos que podrían considerarse favorables para México, como si se estuvieran ‘alineando las estrellas’ nuevamente.
1- Las declaraciones de Peter Navarro, quien encabeza el Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca. En entrevista con Bloomberg, el funcionario, conocido por su posición contra China en materia comercial, subrayó que la administración Trump pretende la conformación de una ‘potencia regional manufacturera’ para mejorar la competitividad de la región. Y expresó que su preocupación principal respecto a la renegociación del TLCAN es replantear las reglas de origen para asegurar que los productos de la región tengan más insumos de la región. Esa afirmación generó una visión positiva respecto a los alcances de la renegociación.
2- La decisión de la Fed de aumentar en un cuarto de punto las tasas de interés. Lo positivo no es el aumento mismo, sino el que haya sido de sólo un cuarto de punto y que la Fed no haya cambiado sus previsiones económicas para este año. En otras palabras, que a pesar de que espera todavía dos incrementos adicionales de las tasas para este año, no considera que ello pudiera afectar negativamente la actividad económica por el gradualismo que tendrá el alza.
3- La acumulación de cifras económicas en Estados Unidos durante las últimas semanas indican que el arranque del año ha sido mejor de lo que la mayoría esperaba. Esto ha validado el alza de la bolsa en EU. El índice Dow Jones subió 14 por ciento desde el triunfo de Trump hasta el día de ayer.
4- A pesar de que las expectativas de los analistas indican una paridad cercana o superior a 21 pesos por dólar al final del año, en los mercados se ha presentado un cambio en la perspectiva respecto al peso en la que se percibe una perspectiva más optimista.
Me parece que el corto plazo se va a seguir viendo bien.
Quizás el siguiente gran punto de inflexión para las perspectivas del país se presente en el momento en el que el gobierno de Trump presente su proyecto de reforma fiscal.
De lo que ese proyecto contenga dependerá de que el peso se fortalezca aún más contra el dólar o de que vuelva a tomar su camino ascendente.
No hay una fecha cierta en la cual deba presentarse la propuesta fiscal, pero es probable que no vaya más allá de mayo.
A diferencia de lo que ocurría antes de que Trump tomara posesión, cuando nuestra moneda fue usada como cobertura para protegerse ante el riesgo de eventos imprevistos apostando a su depreciación frente al dólar, el tono ha cambiado ahora de manera significativa y se han limitado al mínimo las apuestas a la depreciación.
Lo que se refleja en el mercado cambiario es en realidad el proceso de ajuste que ha tenido la administración de Trump.
Por un lado, ha crecido el protagonismo de los integrantes del gabinete que tienen una visión económica más racional y por otro lado ha empezado a funcionar el sistema de pesos y contrapesos que existe en Estados Unidos, como en el caso de las prohibiciones en materia de migración.
Las señales son buenas para México, pero aún falta recorrer un tramo largo en el que pueden surgir nuevas turbulencias y en donde la incertidumbre puede prevalecer.