El próximo jueves, el INEGI confirmará que el resultado económico del 2019 fue negativo, quizás con una caída de entre 0.1 por ciento y 0.2 por ciento.
Ese día se dará a conocer el estimado de crecimiento del PIB en el cuarto trimestre del año pasado.
En los primeros tres trimestres, el resultado fue cero. De modo que si hay un registro negativo, el promedio del año estará en números rojos.
Tenemos ya los datos del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) para los meses de octubre y noviembre, y el resultado es un descenso de 0.75. por ciento en promedio.
Para evitar una caída económica habría sido necesario que en el mes de diciembre la economía hubiera crecido al menos a una tasa de 1.5 por ciento, pero de acuerdo con los indicadores de que disponemos, eso parece prácticamente imposible.
La última ocasión que creció a esa tasa fue en noviembre de 2018.
Como hemos señalado en muy diversas ocasiones, el factor más importante para explicar el resultado negativo del 2019 es la caída de la inversión productiva, que hasta el mes de octubre (último dato disponible) tuvo una caída promedio de 5.2 por ciento.
Otro de los factores que incidió de manera negativa en el desempeño económico es el gasto público.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, hasta el mes de noviembre el gasto total del sector público tuvo una caída real de 1.8 por ciento. La próxima semana tendremos los datos de cierre de año y no se anticipa que se haya podido revertir esta tendencia en diciembre.
Se salva de la caída general de la economía el consumo privado que, hasta el mes de octubre tenía un crecimiento de 1.0 por ciento en el año.
Es el mismo caso de las exportaciones totales, que consiguieron hasta el mes de noviembre un crecimiento de 2.3 por ciento en promedio en 2019.
Sin embargo, ni el crecimiento del consumo ni el de las exportaciones tuvo la potencia suficiente como para impedir el retroceso de la economía, propiciado por el mal desempeño de la inversión y del gasto público.
Estamos apenas empezando el 2020. De acuerdo con el presupuesto aprobado, se estima que el gasto total del sector público tenga un crecimiento de 0.9 por ciento este año. Aunque es pequeño, es mejor que la caída que tuvimos el año pasado.
Pudiéramos esperar que el consumo privado mejore ligeramente ante la mayor certidumbre derivada de la ratificación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. Pero no espere ninguna alza relevante.
En materia de las exportaciones hay incertidumbre, pues su resultado mucho dependerá del desempeño de la economía de Estados Unidos, especialmente de su producción industrial, que el año pasado creció sólo 0.8 por ciento, pero en diciembre cumplió cuatro meses de retrocesos consecutivos.
Y en materia de inversión, lamentablemente hasta ahora no se ven aún señales que nos permitan anticipar un repunte de la que realiza el sector privado, y de acuerdo con el presupuesto, habrá una nueva caída de la inversión pública.
Por esa razón, los pronósticos respecto al crecimiento económico en este año están aproximadamente en 1 por ciento, aunque, en cuanto se confirme el desempeño negativo de la economía el año pasado, no debe descartarse que se revise nuevamente a la baja este estimado.