Las estadísticas quedaron hechas trizas este 19 de septiembre. Una vez más tembló y millones recordaron tristemente las historias vividas anteriormente.
La angustia se hizo presente nuevamente en un 19 de septiembre que “movió” a millones y aunque en México tiembla todos los días, quizás sea momento de cambiar la fecha del simulacro, programarlo en otro día, ya que sin duda son necesarios los recordatorios de qué hacer en esta situación, pero más allá de eso, hay otro lado de la moneda del que se debe de hablar, y es el tema de los seguros asociados.
Más allá del avance que se ha tenido en la contratación de diferentes tipos de seguros, desde vida, automóvil o el asociado a las hipotecas, si algo cambió con el sismo de 2017, es el seguro de vivienda, ya que con esa catástrofe quedó descubierto, –y hay que decirlo con todos sus palabras–, las malas prácticas de varias instituciones financieras que tenían aseguradas las viviendas solo por el valor de la deuda contraída y no por el valor comercial del inmueble al momento del siniestro, por ende fueron miles de casos, que lo “único” bueno de tener un seguro es que no le debían nada al banco, aunque se habían quedado sin casa.
Si bien todos al final reaccionaron, y aunque no cubría el valor comercial, terminaron dando “algo más” a sus clientes, el 2017 sí significó un cambio; de ahí en adelante los seguros de vivienda asociados a un crédito bancario cubren ya no solo el financiamiento obtenido sino el valor comercial del inmueble, el que por cierto se va actualizando cada año y con ello, en caso de otro desastre, quedaría un monto que pudiera servir para enganche y adquirir otro inmueble, de ser el caso, con un nuevo crédito.
El seguro de casa habitación debe ser parte de la estrategia de protección del patrimonio de todas las familias, más si ya se acabó de pagar un crédito. El dato que marcaba GNP Seguros es que luego del sismo de 2017, creció en 31 por ciento en 2018, para el 2020 un 21 por ciento, y pese a la pandemia la contratación siguió creciendo en este rubro, lo cual es positivo en la cultura de la prevención y el cuidado de nuestras finanzas.
Sin embargo, siguen habiendo pendientes y uno de ellos es el que se enfrentaron en los daños sufridos en condominios, porque las áreas comunes no contaban con un seguro o un diseño adecuado de protección, tarea que a cinco años se sigue trabajando; si bien hay interés en que exista si no un producto, al menos una forma en cómo resolver ese tema; ojalá que el sismo de ayer les recuerde a las autoridades que se den prisa y ya se tenga la solución, y no esperemos otro terremoto que nos recuerde esos tristes pendientes.
Sociedad Financiera Popular Fincomún
Y en el otro lado de la moneda, se encuentra de fiesta David Romero, director general de la Sociedad Financiera Popular (Sofipo) Fincomún, ya que cumple 28 años en el mercado, y ha mantenido su ritmo de crecimiento. Al cierre de agosto de este año, incrementó la captación en 12 por ciento respecto al cierre del año pasado y pese a que la tendencia en el sector ha sido de contracción del crédito, la cartera creció el doble, es decir, en 24 por ciento; para Romero es claro que conocer a sus clientes es la clave para estos resultados, los cuales mejorarán, ya que al igual que otras entidades del sector financiero la inversión en el área tecnológica es clave para seguir a estos ritmos, por lo pronto ya suman más de 350 mil clientes y con la aplicación móvil veremos muchos más cambios. Felicidades a todo el equipo. Por lo pronto, la moneda está en el aire.