Juan Ignacio Zavala: Buscar en otro lado

El líder del PRI, se hizo propaganda en la derrota de su candidata
El líder del PRI, se hizo propaganda en la derrota de su candidata
¿Confiable?El líder del PRI, se hizo propaganda en la derrota de su candidata
Cuartoscuro
autor
Juan Ignacio Zavala
Consultor en comunicación
2023-06-07 |08:08 Hrs.Actualización08:08 Hrs.

El nivel tan bajo de los dirigentes partidistas quedó claro en las elecciones del domingo pasado en Edomex y en Coahuila. Del cinismo de Alito al alelamiento de Marko Cortés, no parece haber esperanza posible en lo que se refiere a las cabezas partidistas en este país. Hay que buscar en otro lado. 

Que festejen Coahuila es lo de menos. Una paliza anunciada por las fuerzas locales desde hace tiempo les impide apropiarse de una victoria que todos saben que no les pertenece. Desesperados por una buena noticia, se cuelgan del ganador para poder tener una imagen diferente al escándalo, la derrota y la debacle. Pero la estatura moral de estos dos sujetos se puede medir bien en la derrota del Estado de México. Que estaba más que complicado el triunfo en esa entidad era de sobra conocido. Por eso mismo la candidatura de Alejandra del Moral era de gran relevancia. A toro pasado se pueden decir muchas cosas, muchas culpas, pero es claro que en el momento más difícil, en el de admitir en público la derrota de ella y el significado que tenía ésta en la debacle nacional del partido y la alianza, la dejaron sola.

Para muestra tan sólo unas instantáneas de las horas posteriores al cierre de los comicios. Aparecen Alito y Marko al lado de la candidata anunciando su triunfo, sabedores de que es mentira. El presidente del PRI lleva una camisa con su nombre en letras gigantes. Alguien que se hace propaganda en la derrota de los suyos no parece ser una persona muy confiable.  A Marko le parece gran idea presentarse en el triunfo del PRI en Coahuila, un estado en el que el partido que él dirige, el PAN, quedó en ¡cuarto lugar!

Al día siguiente vino la feria de las culpas. En lo que en cualquier lugar sería una desfachatez las adjudicaciones del desastre electoral, en nuestro país cualquier cosa es posible con esta dupla psicótica. Así, le echaron la culpa al que ganó. Todo es culpa de quien les ganó. Porque si no les hubieran ganado, ellos no hubieran perdido. 

En una entrevista, la secretaria general del PRI mencionó que Delfina era malísima candidata y que ni siquiera habló en la campaña porque no la dejaban hablar unos señores. Bueno, ¿y eso qué? Si en silencio les ganó de calle, si hubiera hablado les mete 20 puntos de diferencia. Alito realizó sumas sorprendentes en las que juntaba los votos de Coahuila y del Estado de México y eso significaba que eran una potencia nacional. Por su parte, Marko Cortés reflexionó muy profundamente sobre las causas de la derrota y dejó en claro que también la Iglesia católica y la evangélica habían tenido la culpa en la derrota electoral en el Edomex. 

Sobre todo la culpa es de millones de mexiquenses que no salieron a votar, millones de electores que no quisieron emitir su sufragio por la opción que encabezan don Alito y don Marko. A saber por qué les pasó eso. Seguramente es gente de piedra incapaz de motivarse ante el despliegue de empatía y dinamismo que despiden estos dos individuos que entregan lo mejor de sí, de manera noble y desinteresada, al servicio de la patria. Y, finalmente, ambos culparon al partido Movimiento Ciudadano por no querer participar con ellos. Si MC hubiera participado con ellos, se habría conseguido otro resultado, dicen. O sea que la culpa es de todos menos de los que compitieron.  

Del PRD no hay mucho que decir. Perdió el registro en Coahuila y está a punto de perderlo en Estado de México (lo que se sabrá cuando se dé el resultado final). 

Un día después de esas elecciones estos tres partidos anuncian que sacarán un método conjunto para elegir candidato a la Presidencia. Seguro serán un éxito más.

Hay que buscar en otro lado. No es en los partidos. Será con ellos, pero a pesar de ellos. No tienen por qué decidir todo.