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Ayer inició el periodo para recolectar firmas para solicitar la revocación del mandato del presidente López Obrador. De aquí al 15 de diciembre los interesados deberán recopilar casi 2.8 millones de firmas; si lo logran, el INE convocaría a una consulta el 27 de marzo de 2022.
Curiosamente es Morena el partido más interesado en activar el procedimiento para revocar a su presidente, lo cual sería una contradicción salvo que los partidarios de AMLO tergiversan la ley y afirman que se trata de un ejercicio para ratificar a su líder.
Salvo la organización FRENA, no hay ninguna otra que tenga el tema en mente; no hay manifestaciones, marchas, ni convocatorias amplias en medios de comunicación para juntar firmas. Se trata de un tema irrelevante en la opinión pública salvo para Morena que quiere azuzar a sus bases para mantener el clima de confrontación.
Durante octubre se llevó a cabo la inscripción para los recopiladores de firmas. El INE reportó 23 mil 906 interesados y días antes de cerrarse el registro, líderes de Morena llamaron a militantes a inscribirse. Ningún otro partido hizo un llamado semejante.
Si fuera realmente una consulta revocatoria, Morena sería estricto para que los procedimientos fueran impecables en contra de cualquier irregularidad potencial. Pero ha sido Morena el que demandó que la solicitud de firmas pueda ser en papel y no solo mediante una aplicación digital del INE. No es que una app evite "cachirules", pero tiene más candados que usar papel.
¿Qué sigue?
Primero, Morena no tendrá problema en juntar las firmas para activar el proceso de consulta y aprovechará la recopilación –seguramente– para alentar la formación de los comités de defensa de la 4T, los cuales fueron anunciados por Mario Delgado hace seis semanas.
No hay mejor ejercicio para dichos comités que azuzarlos de una supuesta conspiración para deponer a su líder y así volcarlos a las calles para defender al movimiento.
Segundo, este ejercicio es parte de una estrategia integral para detonar la movilización de las bases del partido y potenciar nuevas afiliaciones. El 1 de diciembre, por ejemplo, se llevará a cabo la primera gran asamblea informativa en el Zócalo de la Ciudad de México para conmemorar los primeros tres años de la presidencia de López Obrador. Después de la pandemia se reactivan las asambleas informativas y grandes congregaciones.
Tercero, Morena seguramente aprovechará la recopilación de firmas para promover la iniciativa de reforma energética del presidente López Obrador e iniciar así un movimiento de lucha ideológica hacia 2024.
Una vez que se active la consulta de revocación, el presidente López Obrador usará ese pretexto para seguir en campaña durante el primer trimestre de 2022 y todo ello coincidirá con las seis elecciones de gobernador de 2022 y con la inauguración del aeropuerto Felipe Angeles.
El 27 de marzo de 2022 no se alcanzará el umbral de 37 millones de votantes para que la consulta sea vinculante. Se habrán gastado –si se sigue la estimación del INE– casi 4 mil millones de pesos.
Ya no importa porque lo relevante para López Obrador es la movilización y la propaganda y eso ya habrá ocurrido.
