Luis Carlos Ugalde: Verborrea electoral

El presidente del INE fue denostado por legisladores durante su comparecencia
El presidente del INE fue denostado por legisladores durante su comparecencia
Lorenzo Córdova.El presidente del INE fue denostado por legisladores durante su comparecencia
Cuartoscuro
autor
Luis Carlos Ugalde
Director General de Integralia Consultores. Conferencista y profesor universitario. Consejero presidente del IFE en 2003-2007
2021-11-09 |07:14 Hrs.Actualización07:13 Hrs.

Nada de sustancia esbozaron los legisladores que subieron a tribuna para denostar a Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados el viernes pasado.

Solo estigmas y ataques, la mayoría falaces: bájate el sueldo, eres enemigo del compañero presidente de la República, odias a la 4T, racista y un largo etcétera.

Pero acaso la consigna más preocupante y ridícula sigue siendo la del fraude electoral. No importa que López Obrador haya ganado abrumadoramente la elección de 2018 con 53% de los votos y que este año Morena haya ganado la mayoría de las gubernaturas en disputa, las alcaldías y 18 congresos locales.

Dicho de otra manera: si el INE sigue cometiendo fraudes el principal beneficiario posible solo puede ser Morena.

La segunda gran falacia es que el INE quiere bloquear la consulta de revocación de mandato. El problema de fondo es otro: el gobierno quiere disfrazar una consulta revocatoria como si fuera ratificatoria y busca evadir —además—la erogación de los recursos para su organización.

Lo repugnante: el diputado tabasqueño Oscar Cantón Zetina. Su oportunismo lo ha llevado a recorrer las filas de cuatro partidos y ese oportunismo lo lleva a emular el discurso denostativo de Morena, pero bajo el tono grandilocuente del PRI de los años setenta del cual proviene. Su intervención fue la gran farsa del día.

La estrategia de Morena fue fallida. Exhibieron su ignorancia sobre temas electorales, su pobreza argumentativa y sus insultos llenos de rencor y resentimiento. En contraste, el INE resaltó por su profesionalismo y seriedad.

Fue una oportunidad perdida para deliberar sobre temas de fondo. ¿Cómo reducir el costo de operación del INE sin relajar los estándares de organización electoral? ¿Cómo organizar una consulta de revocación de mandato que emule los estándares de una elección federal si el gobierno no quiere erogar los casi 4 mil millones de pesos que se necesitan?

¿Cómo contener la intromisión del crimen organizado en las seis elecciones de gobernador que habrá en 2022? ¿Cómo definir con nitidez los límites del activismo presidencial durante las campañas?

Ninguno de esos temas esenciales se abordó por parte del partido en el gobierno. Solo diatribas y frases llenas de saliva. Solo esfuerzos para debilitar y aniquilar.

Es la primera vez en la corta historia democrática del país que el partido en el gobierno —en vías de ser hegemónico— quiere destruir al instituto que ha validado sus triunfos. Es la primera vez que se denuncia fraude por quien —por razones obvias— sería el principal beneficiario.

Una buena noticia: el gobierno y Morena han quemado muchos de sus argumentos para pedir una reforma electoral que socave al INE; el viernes pasado se gestaron anticuerpos para evitar que esa verborrea sea creíble.

Finalmente, se exhibió la falsa austeridad de Morena: prometieron devolver este año la mitad de sus prerrogativas y solo regresaron una cantidad minúscula.“Es la primera vez en la corta historia democrática del país que el partido en el gobierno quiere destruir al instituto que ha validado sus triunfos.”