¿Cómo deberían ser los debates presidenciables en México? La respuesta es simple: deben ser totalmente lo contrario de lo que han sido hasta la fecha.
Los debates presidenciales en nuestro país han sido cuadrados, aburridos, monótonos y nunca hemos podido ver una confrontación de ideas o propuestas entre candidatos.
Los debates presidenciales necesitan nuevas caras, necesitamos moderadores jóvenes que con una formación innovadora y actualizada puedan implementar mecanismos para sacar a las y los candidatos de su zona de confort y pongan a prueba sus capacidades de respuesta sobre las problemáticas con respuestas concretas.
Estas son las reglas básicas para los #debates Presidenciales de las #Elecciones2018 aprobadas por el @INEMexico #DebateDelDebate 👇🏼 pic.twitter.com/qlHzDtj2fB
— INE (@INEMexico) 23 de noviembre de 2017
Que los debates dejen de ser un espacio donde las y los candidatos repiten slogans y comerciales, y por eso necesitamos cambiar el formato, por uno donde se permita más confrontación y así podamos escuchar verdaderas propuestas.
En esta elección porcentualmente los jóvenes entre 18 y 35 años somos muy importantes y tendrá las participación de más de 12 millones “primeros votantes”, por eso debemos construir debates que atraigan a este sector de la población. Los primeros votantes crecieron con las redes sociales y estas son su principal fuente de información, y de ahí la necesidad de que los debates presidenciales sean transmitidos en vivo por Facebook y Twitter.
De los debates presidenciales entre 1994 y 2012 podemos observar una evolución lenta en los formatos y sobre todo en las vías de confrontación entre las y los candidatos, se ha cuidado más la forma y se ha modificado poco el fondo. No tenemos mecanismos de réplica, contrarréplica (réplica inmediata) y contra-argumentación, los cuales permiten que las y los participantes de un debate puedan defender sus argumentos al instante o en turnos seguidos y no perder el hilo del tema y al pública nos brinda más información sobre las propuestas en discusión.
La principal queja ciudadana sobre la política es que nadie los escucha, por eso debemos crear mecanismos de participación abierta durante los debates, para lograr dos cosas: 1) que los ciudadanos se interesen más por los debates presidenciales y 2) que las y los candidatos sean abordados de manera directa y esto provocará que podamos ver como reaccionan ante una duda no puesta en un guión.
Los debates presidenciales deberían ser dinámicos, fluidos, con confrontación de ideas y con participación ciudadana. Por ello propongo los siguientes 8 puntos:
1. Que sean dos moderadores por debate, siendo un total de 6 perfiles.
2. Que cada debate sea moderado por una fórmula con ambos géneros.
3. Que dos de los seis perfiles de los moderadores sean menores de 40 años.
4. El formato de los debates sean el formato “Town Hall” (formato utilizado en el modelo Estadounidense).
5. Que los formatos permitan participación ciudadana presencial y vía redes sociales.
6. Que los temas principales de los debates sean conocidos por los candidatos y el público previamente, pero que se cuente con una lista de al menos 10 posibles temas a debatir que puedan ser votados vía redes sociales durante cada debate y que los primeros 3 lugares sean discutidos como temas secundarios en una sección final.
7. Que en la equidad de tiempos de participación se dé prioridad a la argumentación y la contra-argumentación, con réplica inmediata.
8. El INE debe transmitir los debates presidenciales a través de sus redes sociales.
Con estos puntos considero podrían darnos unos debates presidenciales modernos y a la altura de las circunstancias políticas y demográficas que vive nuestro país. Debemos recordar que es la elección más grande de nuestra historia y merece toda nuestra atención y dedicación.