OPINIÓN: AMLO, de la esperanza al desencanto

"En el gobierno de AMLO la economía y la inseguridad, parecen haber encontrado nuevos fondos"
"En el gobierno de AMLO la economía y la inseguridad, parecen haber encontrado nuevos fondos"
PAUL OSPITAL."En el gobierno de AMLO la economía y la inseguridad, parecen haber encontrado nuevos fondos"
Nación321
Paul Ospital
2019-11-27 |21:24 Hrs.Actualización21:24 Hrs.

Si me viera forzado a definir en una palabra el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin pensarlo dos veces optaría por “conversión”. En tiempo récord, la esperanza con la cual ganó en la urnas el año pasado se ha ido convirtiendo en angustia. Prueba de ello es el deterioro constante de su aprobación: si bien en algún momento contó con un apoyo cercano al 80% de la población (debido principalmente al supuesto éxito de la guerra contra el huachicol, mismo que varios periodistas han desmentido analizando la producción de Pemex), a días de que se cumpla su primer año de gestión, algunas encuestas le confieren una reducción que supera los 20 puntos porcentuales.

Naturalmente, esto es el reflejo de una serie de acciones que pertenecen más al campo de la improvisación y el descuido, que al de la profesionalización y el esmero. 

Generalizaciones apresuradas han llevado a cabo recortes presupuestarios irresponsables, disminuyendo considerablemente la capacidad de acción del Estado y entorpeciendo su funcionamiento. Por otra parte, el afán centralizador de gran parte del gasto público ha puesto en jaque al Gobierno en más de una ocasión, retrasando el abasto de medicinas o la entrega de libros de texto. 

Salud y educación, pilares fundamentales en cualquier país que se denomine un Estado de bienestar, parecen no ser abordados por la 4T con la prudencia que merecen. 

Un síntoma, entre muchos, del proceso de desinstitucionalización en el cual estamos inscritos, ya sea por el reemplazo afín de sus titulares, como lo ha sido el caso de la CRE o la CNDH, o por el ahogamiento presupuestal, como ha ocurrido con el INIFED (encargado de la infraestructura educacional) o PROMEXICO (responsable del boom turístico que, en su momento, representó la tercera fuente más importante de ingresos del país), por mencionar solamente dos ejemplos.

Ojalá esto fuera todo. Pero, lamentablemente, la angustia ha permeado más hondo. Las problemáticas más sensibles de la sociedad, la economía y la inseguridad, parecen haber encontrado nuevos fondos: perdimos 289 mil empleos nuevos en los primeros 10 meses de 2019, si lo comparamos con el año pasado, y 97 personas son asesinadas, en promedio, cada día.

El presidente pudo haber ganado las elecciones con una mayoría inédita; sin embargo, en el primer recuento de los hechos, la angustia ha ganado terreno, reubicándolo en parámetros nada extraordinarios. Poco a poco, el Gobierno abre paso a un desencanto compartido; oposición y simpatizantes empiezan a reparar en una misma realidad: las cosas no van como nos contaron que irían.