Pablo Hiriart: AMLO, entre Trump y Echeverría

López Obrador carece de ideas para México, que no sean volver al pasado, escribe Hiriart
López Obrador carece de ideas para México, que no sean volver al pasado, escribe Hiriart
¿Regreso al pasado?López Obrador carece de ideas para México, que no sean volver al pasado, escribe Hiriart
Cuartoscuro
autor
Pablo Hiriart
Periodista
2018-01-30 |07:20 Hrs.Actualización07:19 Hrs.

López Obrador carece de ideas para México, que no sean volver al pasado. Su tema es echar abajo las reformas “salinistas” y las de este sexenio.

Está perdido, pero el país acabará por destrozarse si de veras hace lo que dice y lo que piensa. A ver, las reformas salinistas:

¿Va a echar abajo el Tratado de Libre Comercio? Esa fue una reforma salinista y López Obrador, si gana, va a hacer lo que Donald Trump –muy a su pesar– no ha logrado: tirar el TLC.

El viernes dijo en La Fraylesca (Chiapas) que “vamos a establecer precios de garantía y se producirá en México lo que consumimos”. Igual que Trump. Y Echeverría.

Otra vez al país del autoconsumo, sólo que en era de globalización. Como pretende Trump y como fue el sueño durante el echeverriato.

Su discurso es atractivo para los desilusionados por el presente, con la oferta de un pasado que fue terrible y desembocó en el caos del 82. Entonces, va a revertir las reformas “salinistas” que “hundieron al país”.

¿Va echar abajo la autonomía del Banco de México? Esa es una de las reformas salinistas.

¿Va a echar abajo la privatización de la banca? Esa es una reforma salinista, y sólo se puede revertir con la estatización. ¿Le entramos?

¿Va a destruir el INE? Es otra reforma salinista, que puso a ciudadanos a organizar las elecciones y quitó el voto a los partidos en ese instituto. ¿Volvemos a la Comisión Federal Electoral, dominada por el gobierno y su partido?

¿Va cerrar la Comisión Nacional de Derechos Humanos? Ahí está otra reforma salinista. ¿La clausuramos? ¿Para qué? ¿Cuáles son sus intenciones?

¿Va a quitarle la personalidad jurídica a las iglesias? Porque la hizo Salinas, es “mala”. ¿Regresaremos al siglo antepasado? Entonces, para qué se alía al PES y pide apoyo de las iglesias.

¿Le quitará los títulos de propiedad a los campesinos? Esa es otra reforma salinista. El fin del reparto agrario. ¿Van a regresar las expropiaciones?

Y la nueva ola de reformas, las de este sexenio, también ha prometido echarlas abajo.

¿Va a entregarle otra vez la rectoría de la educación al sindicato? Sí, se lo prometió a la CNTE y a su campaña se sumaron los allegados a Elba Esther Gordillo.

¿Para atrás las evaluaciones de la reforma educativa y se va a volver a ascender por méritos sindicales? ¿Olvidamos el proyecto de inglés intensivo en las escuelas a partir de profesores bilingües surgidos de las Normales? Sí, eso piensa su aliada la CNTE.

¿Adiós a la reforma energética y renunciamos a los miles de millones de dólares en inversión –y empleo especializado– que llegarán y ya han comenzado a llegar? Sí, es su oferta. Para López Obrador es correcto vender el petróleo a extranjeros arriba del mar, y una traición a la patria venderlo abajo del mar, con inversión y riesgo a cargo de los compradores.

¿Va a tirar la reforma de telecomunicaciones? Eso dice. Va a echar abajo “las mal llamadas reformas estructurales”. Y volveremos a pagar por la larga distancia nacional, entre otras cosas.

¿Regresaremos a una sola cadena de televisión privada y el resto para el Estado? ¿Adiós a la competencia? Todavía circula el exdirector de Imevisión (el emporio televisivo del gobierno) que corrió al conductor Pepe Cárdenas por ganarle una exclusiva a Televisa. Y está en Morena, por cierto.

En síntesis: el salto al pasado que encarna López Obrador es porque no tiene ideas para encarar el futuro. Y ofrece volver a épocas remotas que mucha gente aprueba por la falsa conseja de que “todo tiempo pasado fue mejor”.

La pobreza intelectual de López Obrador para proyectar a México hacia un futuro mejor es evidente. De dar miedo.