Pablo Hiriart: Anaya, a cinco días de doblegar a Margarita

Margarita Zavala, Enrique Vargas (alcalde panista) y Ricardo Anaya durante una actividad en Quintana Roo
Margarita Zavala, Enrique Vargas (alcalde panista) y Ricardo Anaya durante una actividad en Quintana Roo
Enemigos de partido.Margarita Zavala, Enrique Vargas (alcalde panista) y Ricardo Anaya durante una actividad en Quintana Roo
Facebook/Enrique Vargas
autor
Pablo Hiriart
Periodista
2017-10-03 |07:53 Hrs.Actualización07:53 Hrs.

Si el Frente que forman PAN-MC y PRD lleva el apellido de Ciudadano, lo obvio es que el candidato o candidata presidencial sea elegido por los ciudadanos.

¿O qué va a tener de ciudadano el Frente?

Sería un contrasentido que su candidatura sea producto de una decisión cupular entre los dirigentes de los partidos, Ricardo Anaya, Dante Delgado, y el PRD como convidado de piedra. Y que el nombre de ese Frente sea “Ciudadano”.

Pero como es una faramalla, así va a ser.

El domingo los precandidatos Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y el perredista Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, urgieron a los líderes de sus partidos a definir el método de selección del candidato presidencial del Frente.

Claman en el desierto. Ni en el PAN ni en el PRD les van a contestar más que unas cuantas vaguedades como hizo Gustavo Madero, encargado de elaborar la plataforma del Frente.

O de plano les van a responder que no es momento para hablar de candidaturas, según expresó ayer la lideresa del PRD, Alejandra Barrales.

El punto es que quieren dejar que corra el tiempo para bloquear la candidatura independiente de Margarita Zavala y afianzar a Anaya como el candidato del Frente.

La calma de Anaya es mañosa. Este domingo vence el plazo para que se inscriban los que se van a postular como independientes a la candidatura presidencial.

Si Margarita no se inscribe como aspirante a una candidatura independiente esta misma semana, deja de ser un peligro para Anaya, pues la habrá sometido.

¿Ya ven por qué Ricardo Anaya no quiso soltar nunca la dirigencia de su partido ni permitir piso parejo en la contienda interna?

Tener la presidencia del PAN le permitía apoderarse no sólo de los spots del partido, sino manejar los tiempos de la candidatura presidencial. En su beneficio, claro está.

Y lo hizo. Anaya tiene en su mano la candidatura presidencial del Frente y se va a liberar de su popular adversaria, Margarita Zavala Gómez del Campo.

Se puede decir, desde ahora, que Anaya ya ganó la candidatura del Frente.

Muy pocos creen que Margarita va a renunciar el PAN esta semana, requisito indispensable para registrarse como independiente antes del lunes.

El panismo está en el ADN de la ex primera dama, y no se ve manera que vaya a renunciar a lo que ella, su padre, su marido y su suegro ayudaron a construir.

¿Todo por Anaya? No, no se va a ir, según mi opinión.

Por eso Ricardo Anaya ha llevado hasta el límite de las fechas que marca la ley la decisión del método de elección de la candidatura presidencial. Sabe de la lealtad de Margarita al PAN y le va a ganar.

¿Una elección abierta a los ciudadanos para sacar al candidato del Frente? Claro que no. Por eso se niegan a decir el método de selección, por lo menos antes del domingo.

Van a dejar que Zavala se discipline a su partido con el garlito de que la elección abierta es “una de las opciones”, como dice Madero hoy a El Financiero, pero a la hora de la verdad la van a volver a traicionar.

Una elección abierta a la ciudadanía para el candidato del Frente no es viable simple y sencillamente porque la gana Zavala. Y de lo que se trata es que sea Anaya.

Algunos sugieren que Margarita, en caso de que no vaya como independiente –y seguramente no va a ir–, pueda ser postulada por otro partido, como Encuentro Social (PES).

Tampoco se ve viable. Sin los recursos del PAN –y del resto de los partidos del Frente–, ni el halo de autoridad moral que da una candidatura independiente, Zavala tendría muy pocas posibilidades ante López Obrador, el propio Frente o el PRI.

Anaya siempre supo que su adversaria estaba adentro y tenía que aplastarla. Creo que lo hizo.