De no creerse a estas alturas de siglo. Dos veces un juez ha mandado a la cárcel a un periodista por criticar en radio al señor gobernador.
No hablamos de un estado con tradición despótica ni un gobernador surgido de un partido autoritario, sino del gobernador panista Martín Orozco, de Aguascalientes.
Como en épocas que ya creíamos superadas, un juez civil metió dos veces a la cárcel al conductor José Luis Morales, de radio Universal, por formular ácidas críticas a Martín Orozco por el bajo crecimiento económico, la galopante inseguridad y elevada de percepción de corrupción en "la tierra de la gente buena", como acertadamente se conoce a Aguascalientes.
Para quedar bien con el gobernador, el juez violó un amparo federal y tuvo que ceder ante un segundo amparo, liberar al periodista, no sin antes apercibirlo de que volvería a ser arrestado si insistía en sus críticas al mandatario.
¿Cómo que no se vale criticar al Ejecutivo, sea federal o estatal?
¿En qué mundo creen que viven el gobernador Martín Orozco y el juez Segundo de lo Civil de Aguascalientes?
¿Esa es la corrupción y el influyentismo que dijo el presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, que iban a limpiar?
Si esa es la idea, deberían empezar por Aguascalientes y con el juez Antonio Piña.
El periodista José Luis Morales fue encarcelado como medida precautoria en virtud de la demanda que contra él interpuso el gobernador Orozco. Una demanda civil, un juez civil... ¿cárcel como mecanismo precautorio?
Un juez federal amparó a Morales y lo sacó de la cárcel. ¿Se impuso la cordura? No, ganó la arbitrariedad.
El conductor de radio volvió a su programa y siguió con la crítica. No lo amedrentó el pesado perfume del talego.
Recibió como respuesta otra detención, en la que el juez aguascalentense Antonio Piña volvió a encarcelar al periodista, violó abiertamente un amparo federal y para adentro nuevamente por el daño que le causan al gobernador las críticas a su gestión que tanto le incomodan.
Un nuevo amparo sacó de prisión al periodista José Luis Morales, el pasado jueves 10 de octubre, y está otra vez frente al micrófono, ejerciendo la libertad de expresión que el gobernador Orozco y el juez a su servicio se empeñan en conculcar.
¿Es un improvisado el periodista Morales y profiere insultos a todo pulmón?
De ninguna manera. Tiene 30 años como titular del programa Infolínea, es premio de periodismo Antena -que entrega la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT)-, y dirige las estaciones del Grupo Radio Universal, que también es propietario del periódico El Hidrocálido.
Preso, por orden de un juez civil, por criticar al gobernador Orozco.
¿Tan grave es el daño moral a Martín Orozco que el juez manda al periodista a la cárcel como medida precautoria, y viola un amparo a fin de asegurase de que José Luis Morales no se va a acercar a un micrófono?
Según la demanda, las críticas del periodista afectaron "psicológicamente" al gobernador y le provocaron un mal gástrico.
Si a esas vamos, Orozco no podría gobernar Aguascalientes por estar afectado psicológicamente.
Y el juez no podría impartir justicia por violar un amparo federal y estar para servir al gobernador.
"Cosas que pasan en los estados", se dirá, y no es argumento.
¿Un partido que tiene a gobernadores que mandan encarcelar a un periodista porque provoca cólicos en la panza de la autoridad con sus críticas, es el que nos va a defender del autoritarismo?
De miedo es la realidad que la libre expresión vive en Aguascalientes.
Un gobernador surgido de las filas de un partido democrático desprecia la libertad de expresión, y un juez a modo encarcela al periodista crítico que le retuerce el estómago al jefe del Ejecutivo local.
Aunque es preciso poner en contexto la reacción del gobernador y el sometimiento del Poder Judicial: Martín Orozco no debería estar despachando en el Palacio de Gobierno de Aguascalientes, pues tiene dos órdenes de aprehensión en su contra, desde que era presidente municipal de la capital hidrocálida.
Está libre gracias al fuero. El fuero que tenía como alcalde, luego como senador y ahora como gobernador de Aguascalientes. De lo contrario, estaría donde ha mandado dos veces al periodista por el sacrilegio de criticarlo.
Se trata de un tema de libertad de expresión, de abuso de poder, y de independencia del Poder Judicial. Nada menos.