La secretaria de Energía, Rocío Nahle, dio una entrevista a Joaquín López-Dóriga en la que pintó un panorama de Pemex y sus refinerías que no se corresponde con los datos oficiales dados a conocer por la empresa productiva del Estado.
A vuelo de pájaro tomé algunas notas:
Dijo que las refinerías de Pemex dejan ganancias, e incluso especificó cuántos dólares de utilidad por barril generaba cada refinería.
Si es así, quien suceda a Nahle al frente de la Secretaría de Energía –ella va a dejar pronto el cargo para buscar la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz– debe hacer caso omiso a los cuatro últimos estados financieros de Petróleos Mexicanos.
Además, si en realidad existe ese error, sería aconsejable que demandara a los auditores porque las diferencias en las cifras son demasiado grandes como para dejarlas pasar.
De acuerdo con las cifras oficiales, en los primeros cuatro años y medio de gobierno, las refinerías han perdido 595 mil 754 millones de pesos.
Es decir, 33 mil millones de dólares en pérdidas en cuatro años y medio auditados (a 18 pesos por dólar el tipo de cambio).
Nahle dice que ganan dinero. Alguien se equivoca.
Dijo la aún secretaria de Energía que Pemex no tiene más deuda y que la que debe pagarse en 2023 y 2024 es la que dejaron los gobiernos anteriores.
A ver, el volumen es casi el mismo, lo que cambió es la composición de la deuda.
La deuda de corto plazo de Pemex pasó de 9.8 mil millones de dólares en 2018, a 24 mil millones de dólares en esta administración.
Ese aumento de la deuda de corto plazo en el actual gobierno nos ha llevado a la situación que explicó Enrique Quintana en sus Coordenadas del 28 de agosto en estas páginas: “Entre enero de 2024 y junio de 2027, la petrolera debe pagar 34 por ciento de su deuda total, casi 38 mil millones de dólares”.
Dijo Rocío Nahle en la entrevista que Pemex ha aumentado la producción de petróleo en el presente gobierno, porque “una empresa es para que produzca, ¿o no?”.
Vuelvo a Enrique Quintana: La producción de petróleo crudo sin condensados alcanzó en 2018 un promedio diario de un millón 813 mil barriles diarios.
Agrega que “en el mes de julio de 2023 se produjeron un millón 573 mil barriles diarios en promedio y en los primeros siete meses del año la cifra fue de un millón 595 mil barriles, lo que significa una caída de 12 por ciento en el lapso considerado” (2018-2023).
Con la seguridad con que Nahle dijo que “una empresa es para producir, ¿no?” –lo que ya vimos no es el caso de Pemex durante su gestión al frente de Sener–, se puede contestar con una lógica aún más contundente:
Secretaria, una empresa es para ganar dinero ¿no?
Y la empresa de la que Rocío Nahle es presidenta del Consejo de Administración (Pemex) ha perdido, en este sexenio, un billón 300 mil millones de pesos.
Esa es la cantidad de dinero que los mexicanos le hemos metido a Pemex en este sexenio, a fondo perdido, porque sigue perdiendo.
Ha perdido esa cantidad exorbitante de dinero durante la gestión de Nahle, periodo en el que todas las grandes petroleras del mundo han ganado dinero como pocas veces en su historia. Están en su mejor momento.
Sobre la refinería en Dos Bocas también es necesario hacer precisiones.
Dijo que el cálculo inicial fue que costaría 8 mil 800 millones de dólares, pero sin contar impuestos y las obras externas.
Los 17 o 18 mil millones de dólares que calcula Hacienda va a costar la refinería, es sin las obras externas de ductos, electricidad, etcétera.
Esas obras, hasta donde sabemos, no son parte de la contabilidad de la refinería.
De tal suerte que a los 18 mil millones que dice Hacienda (que pueden alcanzar los 20 mil millones de dólares), habría que sumar las obras externas que llegan a una cifra cercana a los 4 mil millones de dólares.
Dijo que el primer tren de operación (no los dos trenes, como se había dicho erróneamente) va a estar operando a plena capacidad antes de que termine el año.
Es una afirmación, cuando menos, dudosa.
Dos Bocas no cuenta con suficiente suministro de gas. El gasoducto submarino que va a alimentar la refinería apenas acaba de iniciar, en julio, el tendido del ducto.
La planta de generación de electricidad no está terminada.
Las plantas de hidrógeno van con retraso.
La coquizadora está retrasada y no existe infraestructura (ferrocarril) para sacar el coque cuando arranque la planta.
Sin suficiente gas, sin electricidad, sin hidrógeno, sin ferrocarril, no es posible que la refinería esté funcionando al 100 por ciento en diciembre.
Dijo más: ya está en operación y ya produjo gasolina primaria, diésel y querosina.
Es decir, todos los que afirman que aún no puede operar están errados, mal informados o por alguna insana razón tergiversan.