Las elecciones no se dan en el vacío, sino sobre realidades y estados de ánimo.
Hace seis años Morena logró hacer creer a la mayoría de la población que México estaba en la ruina moral y en el pozo de la violencia.
Para ello contó con los invaluables servicios de agrupaciones y personas influyentes en el ánimo social, que ahora toman la primera fila de la oposición a que se consolide una tiranía en el país. Veremos si ahora son tan eficaces como hace seis años.
La elección de junio se da con el suelo nacional convertido por Morena en un cementerio clandestino.
En la Ciudad de México, que suponíamos a salvo de la crueldad criminal, aparecen fosas con cientos de cadáveres de niños, mujeres, hombres mayores, ocultos entre esqueletos de perros.
Hay cuando menos catorce de esas fosas macabras en la capital del país.
El hallazgo no lo hizo Claudio X, ni la CIA ni algún otro “enemigo de la cuarta transformación”, sino un colectivo de madres que buscan los cadáveres de sus hijos para darles una sepultura como corresponde a un ser humano.
Por todo el país se extiende el cobro de derecho de piso a productores y comerciantes.
Las bandas criminales matan con la certeza de la impunidad.
El Presidente se ríe en cadena nacional de asesinatos y masacres.
En los hechos, nos gobierna la Santa Muerte.
Destinan miles de millones de pesos en contratos a empresas de seguridad privada –descalificadas por transas–, para cuidar instalaciones a cargo de las Fuerzas Armadas.
Policías particulares cuidan, a precio de oro, aduanas y oficinas del Tren Maya que están bajo administración del Ejército.
El país está de cabeza.
Con esa realidad llegamos al mes decisivo, el último de las campañas políticas por la Presidencia.
La posibilidad de que la candidata de oposición remonte y gane, es real. Depende de que la gente salga a votar.
Ahora es cuando buena parte del electorado reflexiona y determina si va a votar o no, y en caso de hacerlo, por quién cruzará la boleta.
Para la candidata del gobierno, mostrarse como ganadora por adelantado es una buena estrategia, porque desalienta al que duda entre votar o no hacerlo.
En el Estado de México le funcionó bien al oficialismo saturar con encuestas que daban a la candidata de Morena una ventaja de casi veinte puntos de ventaja: 50 por ciento de la población no salió a votar.
¿Para qué? “La elección ya está definida y mi voto no cuenta”, pensó un poco más de la mitad de la población, que decidió no ir a la casilla.
El resultado, lo recordamos todos, fue que la candidata del Frente formado por PAN-PRI-PRD alcanzó una votación por encima de 44 por ciento y la abanderada de Morena-Verde-PT ganó por sólo ocho puntos porcentuales.
Este mes veremos lo mismo: lluvia de encuestas con dos dígitos de ventaja para la candidata oficialista.
Negación de la realidad como arma de propaganda.
Ataque sistemático al prestigio de periodistas con audiencia nacional, que no le hacen la ola al todavía inquilino de Palacio Nacional.
La intervención ilegal del Presidente en la elección para desacreditar a la alternativa opositora a su gobierno
“Ahora todo mundo habla de que no van a cambiar los programas de Bienestar, nada más que hay que verlo con cuidado porque son muy falsarios, muy hipócritas. Como dicen una cosa, dicen otra”, dijo ayer.
Y seguirá diciendo, porque es parte de la campaña.
Van a duplicarse las amenazas y presiones contra los representantes no doblegados de los órganos electorales. Son pocos: contra ellos irán. Como dijo Claudia Ruiz Massieu en su última intervención en el Senado: “Tenemos órganos (autónomos) colonizados por quien debe ser ajeno”.
Lo que el Presidente lanza contra la consejera Claudia Zavala –INE–, que tiene el decoro de tomar en serio su autonomía, es perfidia que puede terminar en tragedia.
A dos días de decir que “el debate me gustó mucho, mucho, mucho”, el Presidente cambió de opinión y lo vio sesgado, con mano negra y otros fantasmas que él crea.
“Ojalá y jueguen limpio. No puedo hablar mucho del tema, pero en mi experiencia en los debates siempre hay mano negra, siempre ha habido mano negra de parte del INE. Y la sentí ahora, la mano negra, la mano peluda, y por eso lo dije, porque se trata de la democracia”, dijo ayer.
Veremos la cargada de sindicatos, anteriormente priistas, ahora alineados en favor de la candidata oficial. Petroleros y el SNTE ya se decantaron ayer.
A ver si le funcionan “tan bien” como a Meade hace seis años.
Mayo es el mes crucial.
Votar o no votar, ésa es la clave.