Raymundo Riva Palacio: Se vale sobar, Presidente

Al Presidente no le gustó el reporte anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos
Al Presidente no le gustó el reporte anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos
El reclamo.Al Presidente no le gustó el reporte anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos
Cuartoscuro
autor
Raymundo Riva Palacio
Periodista
2024-04-24 |07:10 Hrs.Actualización07:10 Hrs.


El reporte anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos en el mundo le dolió al presidente Andrés Manuel López Obrador. No podía ser de otra manera: le dice que es mentira lo que presume sobre las libertades en México, lo pinta como un gobernante autoritario, lo deja como incompetente en la administración de justicia y como un agresor de los valores fundamentales de la democracia, atacando a contrapesos como la Suprema Corte, y a los medios, guardianes incómodos con el que tienen que lidiar los poderosos.

El documento se publica cada año desde 1977 por mandato del Congreso, al que se entrega un informe sobre el estado de los derechos humanos en 200 países y territorios en el mundo. México está en las dos categorías y desde que se hace público el reporte, el gobierno ha expresado su inconformidad con el diagnóstico. La relación de violaciones a los derechos humanos se incrementó notablemente desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, pero las observaciones se elevaron aún más en el de López Obrador.

La sección mexicana, que se elaboró en la Oficina sobre México que depende de la Subsecretaría de Asuntos del Hemisferio Occidental (como llaman a América Latina y el Caribe) con la información enviada por la embajada en este país, contiene siete secciones donde una sola, relacionada con los derechos de los trabajadores, tiene una nota positiva al mencionar el incremento en los salarios como consecuencia de las presiones del gobierno de Joe Biden. Las otras seis secciones son devastadoras.

Incluye reportes de asesinatos ilegales o arbitrarios, ejecuciones extrajudiciales de las fuerzas de seguridad federales, que también se han involucrado en castigos o maltratos crueles, inhumanos o torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, injerencias en la independencia del Poder Judicial, restricciones a la libertad de expresión que incluyen amenazas contra periodistas y amagos legales para limitar la libertad de prensa, al igual que violencia de género. No es lo único. Registra “los altos niveles de violencia” de las organizaciones criminales, donde la mayoría de esos delitos ni son investigados, ni son judicializados.

La respuesta de López Obrador ayer estuvo llena de sofismas, pero no desmintió nada de lo señalado. Los errores de ignorancia en su respuesta también fueron notorios. Al reporte le llamó “resolución”, que no es, y dijo que como él es respetuoso de Estados Unidos, así deberían ser ellos, que “se quedaron con la manía de hace 200 años, desde la Doctrina Monroe”, refiriéndose al Destino Manifiesto que se creó hace dos siglos y que bajo el axioma de “América para los americanos” cerraba la intromisión de los europeos en los asuntos continentales.

No obstante, espetó:

*“Nosotros no les decimos, ¿y por qué tienes a un candidato hostigándolo en los juzgados?”.

*¿Y por qué no liberas a El reporte anual del Departamento de Estado, que lo tienen encarcelado injustamente?”.

*¿Y por qué no atiendes a los jóvenes de Estados Unidos que fallecen por la adicción a las drogas, al fentanilo?”.

*¿Y por qué reprimes, maltratas a los migrantes?”.

Lo que señaló es una intromisión directa en los asuntos internos de Estados Unidos, de la misma manera que desde 1977, al hacer público el reporte de derechos humanos, Estados Unidos se mete en los asuntos internos de otros países. Pero en la respuesta-ataque comete errores fundamentales:

*El candidato hostigado es Donald Trump, que está siendo juzgado tras ser acusado de 34 delitos por haber falsificado documentos de sus empresas para pagar a una estrella porno, a través del expropietario del tabloide escandaloso The National Enquirer, para que no revelara que había tenido relaciones sexuales con el expresidente mientras su esposa Melanie estaba embarazada, porque pudo haber afectado su campaña presidencial en 2016. A diferencia de lo que ha hecho el gobierno mexicano, el estadounidense no fabricó pruebas contra Trump.

*Julian Assange fue detenido en el Reino Unido a petición del gobierno de Suecia por dos delitos de abuso sexual, en espera de su extradición, que nunca llegó. Aunque Suecia canceló su petición por las dificultades para procesarlo en ese país, Assange pidió asilo en la embajada de Ecuador, donde vivió hasta 2019, cuando le retiraron el asilo político y la nacionalidad ecuatoriana. Se encuentra en una prisión londinense peleando la extradición a Estados Unidos, que lo acusa de haber incurrido en presuntos crímenes de guerra al difundir en WikiLeaks, el portal que creó, secretos de Estado. Su caso es paradigmático y toca la libertad de expresión. Hace unos días se reveló que Biden está considerando cancelar las acusaciones.

*El gobierno de Estados Unidos declaró como una emergencia la crisis del fentanilo y ha solicitado mil 550 millones de dólares para abordarla desde un enfoque de salud, así como pidió mil 200 millones para combatir el tráfico de la sustancia, principalmente por la frontera con México. López Obrador tocó incorrectamente la parte de la salud, pero omitió que ya aceptó que México es parte de la solución del problema y se comprometió a combatir su tráfico.

*En el tema de la migración, fue López Obrador quien aceptó, primero con Trump y luego con Biden, hacer el trabajo sucio en migración, modificando la política de asilo y reprimiendo migrantes en la frontera con Guatemala, sin impedir la extorsión de las organizaciones criminales que operan en México, ni cuidar su seguridad, como en el centro migratorio de Ciudad Juárez, donde un incendio causó la muerte de 40 personas hace poco más de un año. No hubo responsables de la tragedia dentro del gobierno. El comisionado de Migración, amigo del Presidente, sigue protegido y en su cargo.

Las no respuestas de López Obrador no cambiarán en absoluto la fotografía que hizo en el reporte del Departamento de Estado sobre lo que ven en México, ni le harán caso alguno. Su palabra no pesa. Las amenazas de permitir el paso libre de migrantes sin contención es lo que le ha permitido espacio de maniobra, pero no impunidad para velar la fotografía de lo que ha hecho aquí con las libertades y los derechos humanos.