Salvador Camarena: AMLO, fracaso en corrupción y Fuerzas Armadas

Integrantes de la Marina vigilan las instalaciones del aeropuerto de la Ciudad de México
Integrantes de la Marina vigilan las instalaciones del aeropuerto de la Ciudad de México
Al cuidado.Integrantes de la Marina vigilan las instalaciones del aeropuerto de la Ciudad de México
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2023-10-10 |07:06 Hrs.Actualización07:06 Hrs.

El principal aeropuerto de México es gobernado ya, con el profundo significado de esa palabra, por marinos. Hicieron bien en cambiarle el logo al AICM, a ver si así más de uno repara en este delicado cruce de fronteras administrativas de impredecible futuro.

A la Secretaría de Marina Armada de México primero le pidieron que cuidara el Aeropuerto Internacional Benito Juárez; luego pusieron en la principal posición administrativa a un marino; ahora, como había adelantado en un decreto, el Presidente de la República lo entregó a la Marina.

Es que había corrupción, dice el titular del Ejecutivo para justificar la drástica medida. Es que fíjense que cinco años después de haber asumido el poder –es el mensaje– no tuve capacidad de convocar ni de crear una burocracia eficaz, eficiente y honesta, entonces una vez más recurro a los militares.

Una decisión de plumazo que encierra el enorme riesgo de la discrecionalidad, de la ineficiencia por exceso de empoderamiento, del desequilibrio de las dinámicas políticas que, durante décadas, mantuvieron a raya los apetitos castrenses de más poder. ¿Mañana les dará Pemex?

El aeropuerto es negocio, es servicio –o debería serlo–, pero también una instalación estratégica del país, y es –siempre– puerta de entrada para visitantes de otros pueblos, de nuestro pueblo, que emite inequívoca señal: bienvenidos, esto somos… y hoy somos militares. El país civil se achica.

La entrega del AICM ocurre paralelamenteque nadie lo obvie, con la peor semana en bolsa de los concesionarios de terminales aéreas, a quienes se les quitarán ingresos y aumentarán tarifas. ¿Qué terminales aéreas no serán tocadas? Fríos fríos si contestaron “es de que por los bonos del NAIM…”.

Es por demás insistir que en este gobierno una cosa son los propósitos y otra los métodos. ¿Quieren revisar los términos de esas concesiones? Válido. ¿Comenzar la “revisión” causando millonaria pérdida en los concesionarios es lo óptimo? Es de dóblalos, luego veriguamos.

Mientras vemos qué pasa con otros aeropuertos, en el AICM/Marina las y los usuarios “ya se la saben”: que quieren revisarte todito el equipaje, sí capitán; que esto no pasa aunque sea mercancía permitida, por supuesto almirante; que quién se quejó si hay retrasos... no señor marino, si yo pago para disfrutar la vista del esmog aquí en la pista.

¿Te disgusta que reduzcan las operaciones, que cambien los horarios de los vuelos así nomás?, al que le dé por la protesta que tome el autobús. ¿Derechos? ¡No!, firmes, y callados, porque si antes de poco servía, ahora el milagro es que, hasta hoy, la Profeco sigue en manos civiles.

Lo implícito de la decisión de darle a militares los aeropuertos del altiplano –sin subestimar los riesgos de opacidad y abusos por parte de instancias sin cultura ni vocación ni mandato presidencial de transparencia– es que ellos son vistos como probos mientras el resto de funcionarios como corruptos.

Tuvo cinco años para crear una burocracia honesta y profesional; o no pudo, o prefirió compartir el poder con las Fuerzas Armadas, a las que les abre la puerta a grandes negocios en los que difícilmente podrán resistir –porque encima se les consienten ineficiencias y escándalos– la tentación del dinero.

No es el de Tulum ni el de Palenque: a las FFAA les acaban de dar el mayor aeropuerto de México, uno de los más importantes de América Latina. ¿Cuánto es por necesidad, cuánto es por gusto, cuánto es por compromiso?

La Marina será máxima autoridad de garitas, hangares, empleadora, arrendadora, concesionadora, vigilancia. Juez y parte en todo problema y circunstancia aeronáutica en el AICM.