El presidente Andrés Manuel López Obrador mandó a sus generales políticos –gobernadores del oficialsimo y funcionarios de alto nivel en el gobierno federal, entre los que no estuvo el canciller Marcelo Ebrard– a cerrar filas para ganar Edomex “con contundencia” y a cancelar traiciones como las del Partido del Trabajo en Coahuila.
Reunido en Palacio Nacional con mandatarios estatales, funcionarios de Seguridad como la secretaria del ramo, Rosa Icela Rodríguez; de Bienestar, como la secretaria Ariadna Montiel, y de la Oficina de la Presidencia, como Carlos Torres, su jefe de Programas, el Presidente dijo tajantemente que es la hora de las definiciones.
Usando como ejemplo la defección de Ricardo Mejía, exsubsecretario de Seguridad que salió del gabinete para competir en la elección coahuilense del domingo 4 desafiando al bloque gobiernista, pues no aceptó que Armando Guadiana le hubiera ganado en la encuesta interna, AMLO dijo este miércoles que “ya basta de simulaciones”.
“Mejía nunca ganó una encuesta”, declaró el Presidente de acuerdo con fuentes que tuvieron acceso a lo ocurrido en el cónclave, “lo llevé a todas las mañaneras y nunca pasó del tercer lugar, y el PT le está haciendo el trabajo al PRIAN, ya basta de simulaciones: es la hora de definiciones”.
El mandatario agregó, de acuerdo con ese testimonio, que eso que señalaba para el caso de Coahuila, donde su partido se perfila a la derrota según la mayoría de los pronósticos, debe ser entendido en clave de la sucesión presidencial:
“Y una vez que se tenga la otra decisión quiero unidad absoluta, cualquier inconformidad es un acto de traición, quiero absoluto respaldo. No se valen regateos”, habría dicho el tabasqueño al grupo reunido al mediodía, donde se le dio especial lugar a la secretaria Rosa Icela, vista a su vez como la favorita del Presidente para la candidatura en Ciudad de México, que igualmente se renovará el año entrante. La otra suspirante es la alcaldesa Clara Brugada.
López Obrador reclamó que espera que en Estado de México, donde también hay elecciones en dos domingos, su movimiento gane “con contundencia, que no quede margen a dudas”. Sin mencionarlo, se dio por sentado que el mandatario da por perdida la gubernatura coahuilense, donde Morena enfrenta no sólo al PRI y al PAN, que van unidos con Manolo Jiménez, sino al llamado Partido Verde y al PT, que decidieron ir con sus propios candidatos y que han desoído recientes llamados del líder morenista Mario Delgado de declinar a favor del senador Guadiana.
Entre los asistentes a Palacio Nacional, donde oficialmente se reunieron para “tratar varios asuntos prioritarios para beneficio y protección de la gente”, según un tuit de AMLO, estuvieron el secretario de Gobernación y la jefa de Gobierno, Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, pero no Ebrard ni el senador Ricardo Monreal, que son las otras corcholatas que Andrés Manuel nombra a menudo como sus posibles sucesores en la Presidencia en 2024.
Poco después de que hace un mes tuviera un desvanecimiento en Mérida durante una gira de trabajo, los gobernadores oficialistas se reunieron con Adán Augusto, en una cita que estaba programada como un encuentro con AMLO pero en la que éste no estuvo.
Ahora se han reunido y ha lanzado un contundente mensaje de que no tolerará reparos a la hora del destape, que Coahuila es ejemplo de lo dañina que es la rebeldía; y quizá también retome un día eso que circulaba en Palacio hace cosa de un año, cuando se hablaba de desligarse del PT y del Verde porque costaban mucho y aportaban poco.
