Si el hilo se rompe por lo delgado, por qué hacer llamados públicos a Jorge Álvarez Máynez, quien como candidato presidencial de MC vive un momento de fortaleza. Si la otra oposición realmente tiene una intención aliancista, así sea de último minuto, ha de intentar otra vía.
El presidente nacional del PRI ofreció ayer su cargo y su candidatura al Senado a cambio de que el abanderado de Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República decline a favor de Xóchitl Gálvez. La respuesta fue una negativa rotunda y hasta burlona.
Ahora bien: ¿Alejandro Moreno realmente buscaba construir una alianza entre PRI, PAN y PRD y los naranjas? Si es así, ¿era preciso decir en su videomensaje que MC sólo está en la boleta como una opción “para dividir el voto” de la oposición?, ¿calificar la candidatura emecista con términos de “terquedad” y “ambición política” abona a construir un diálogo? Raro, ¿no?
Es cierto que Moreno trató de evidenciar que aceptaba el reto que originalmente había lanzado Máynez, de que para negociar se requería que los líderes del Frente opositor renunciaran a sus candidaturas, que para colmo son plurinominales.
En ese sentido, el mensaje de Alito también adoleció de la falta de acompañamiento de los otros integrantes de la troica que respalda (es un decir) a Xóchitl Gálvez. El líder del PRI solo y sin hablar de un acuerdo con sus homólogos tiene poca credibilidad y menos impacto.
A pesar de lo anterior, el tema de moda es la posibilidad de armar una coalición opositora in extremis. Si de eso se trata, por qué no empezar abordando a un personaje más proclive al diálogo, menos propenso a la virulencia verbal, más sensato: como Salomón Chertorivski.
En el tercer y último debate chilango Chertorivski fue quien una vez que hablaba hacía que valiera la pena escuchar lo que estaba planteando.
Sin abusar de artificios (sacar un carrujo fue un buen recurso, pero para nada se trató de algo hueco), Salomón pudo discurrir con solvencia y puntualmente sobre lo que, a su juicio, falta por hacer en la Ciudad de México en seguridad y desarrollo urbano.
Pero los tiempos son los que son: en las encuestas el candidato de MC a la capital no ha visto premiada su campaña con un lugar privilegiado en las preferencias. Es sotanero, así sea injusto para su capacidad y su esfuerzo. Ni modo.
Un cuadro como Chertorivski suena ideal en un gabinete ya sea de la Ciudad de México, de otra entidad o de un gobierno federal. Por eso mismo, y sobre todo por el efecto político que tendría su fichaje mediante una declinación, si el Frente busca impulsar una ola de voto útil podría iniciar convenciendo a Salomón de respaldar a Santiago Taboada.
También podría pensarse que Clara Brugada debería echar un lazo al emecista, pero a saber si el grupo que rodea a la morenista permitiría romper el sectarismo que les caracteriza.
Si la elección de la ciudad está cerrada (cosa que muchos juran, pero a ciencia cierta nadie puede demostrar pues, como en la elección presidencial, hay encuestas para cada gusto), lograr que Salomón decline hacia cualquier lado podría enviar el mensaje de arroz cocido.
Y lo natural, por venir de donde viene (fue funcionario panista), porque le duele lo que López-Gatell hizo en la pandemia y López Obrador con el sector salud, Salomón podría escuchar una oferta capitalina para trabajar en la recuperación de esas y otras agendas. Si declinara, la conversación cambiaría no sólo en la Ciudad de México.