Salvador Camarena: El paciente de Palacio reaparece

México enfrentó una realidad poco conocida: el silencio de Andrés Manuel López Obrador
México enfrentó una realidad poco conocida: el silencio de Andrés Manuel López Obrador
Desde Palacio.México enfrentó una realidad poco conocida: el silencio de Andrés Manuel López Obrador
Especial
autor
Salvador Camarena
Periodista
2023-04-27 |08:05 Hrs.Actualización08:05 Hrs.

México enfrentó una realidad poco conocida: el silencio de Andrés Manuel López Obrador

Quien ha marcado durante todo el siglo la discusión pública, como opositor y como Presidente, desapareció 72 horas y eso mismo generó polémica.

Su ausencia resultó casi tan ensordecedora como su mañanera.

El país, cosido totalmente a su humor, desesperó sin las señales de viva voz, o de viva letra, del paciente de Palacio, quien finalmente emitiría un video ayer por la tarde. 

Tres mañaneras sin él probaron su descomunal centralidad: nadie reportó alivio por el súbito ayuno de su presencia, ni por la novedad del cambio de vocero. Todo lo contrario. 

Y aunque estuvo sin estar, no es lo mismo: se habló de él ahí, y en tantas y tantas partes, a la espera de novedades, de un mensaje suyo. Toda una vigilia nacional que demandaba que volviera ya la tensión que sólo él provoca. El estrés padecido por este cambio en el hábito brincaba de whatsapp a whatsapp como la queja por una forzada abstinencia. 

El político que nos define a favor o en contra. Que no deja indiferente a nadie. Que ha dividido, dicen unos. Que es la denuncia viva, dicen otros, de una añeja y malsana división. El que metió al lenguaje términos que se han vuelto novedad y moda, chiste e insulto… el paciente de Palacio que desquició con su inexpugnable silencio de 72 horas

La normalidad que disimulan los más notorios aspirantes a sucederlo en 2024 no alcanzó para llenar el ciclo mediático; los dichos y actos de las corcholatas no fueron el pan que ayudara a sobrellevar la incertidumbre.

En eso se convirtió México, en una sociedad que gira en torno a una sola persona, que miraba con desazón que daban las siete de la mañana y por tercer día consecutivo del Presidente ni sus luces, ni su “ánimo”, ni un mustio tuit. 

México entregado al presidencialismo a un grado que quizá no se había visto sexenios y sexenios. Titulares periodísticos que contaban las horas sin verle en público. Tuits que pedían videos o imágenes. Pero el espíritu presidencial se hizo el desentendido. Sus detractores desmayan, debrayan; sus seguidores guardaron bastante compostura

AMLO tiene Twitter, sistema público de medios, legión de seguidores, oposición mediocre, activistas desarticulados, clase empresarial entregada y una mañanera potente que estos días es un teatro con actores de reparto a los que sólo les falta el cartel de no se vayan, ya pronto regresa el único, el inigualable, el insustituible….

¿El show debe seguir? No sin el Peje. Porque se le necesita incluso para saber si todas las aberraciones que en su nombre cometen en el Legislativo son realmente su gusto y deseo.

Sin la conferencia diaria de Andrés Manuel resulta imposible verificar si sus borregos de San Lázaro se excedieron, si malinterpretaron sus órdenes, su designio. Si las grillas morenistas no desvirtuaron –a veces inadvertidamente a favor de la ciudadanía– la forma y el fondo de alguno de los dictados del de Macuspana. 

¿Con quién acusar a los levantadedos? ¿A quién preguntar cuál de las facciones guindas tiene su bendición en el tema de la ley minera? ¿Dónde está el entrenador y árbitro de este partido?

Adán Augusto López absuelve a su subalterno Francisco Garduño: investigado, pero cobrando. ¿AMLO absuelve a quienes tenían que supervisar al carcelero del Inami? Tanto que preguntarle. 

El paciente de Palacio o de la desinstitucionalización nacional. Todo y todos pendientes a que él nombre lo que sí, y lo que no, ocurre hoy. Qué más prueba de la enervante desazón por su silencio.