Salvador Camarena: El PAN, ¿oposición?

El dirigente Marko Cortés (centro) ofrece un mensaje a los militantes de Acción Nacional
El dirigente Marko Cortés (centro) ofrece un mensaje a los militantes de Acción Nacional
Panistas.El dirigente Marko Cortés (centro) ofrece un mensaje a los militantes de Acción Nacional
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2018-12-04 |07:01 Hrs.Actualización07:01 Hrs.


Andrés Manuel López Obrador es presidente y millones y millones se sienten no sólo reivindicados sino esperanzados con este hecho.

Véanse, por ejemplo, los números de ayer de la encuesta en El Financiero. El 81% de los encuestados tiene una buena o muy buena opinión “acerca de la forma como se llevó a cabo la toma de posesión” de AMLO. Y después de la misma, 83% se siente optimista, según la misma fuente, con respecto al futuro del país.

En contraste, sólo a 11% de los encuestados por Alejandro Moreno le pareció mala o muy mala la forma de tomar posesión del tabasqueño, y tras ese evento y de cara al futuro, sólo el 15% se siente pesimista.

Son números contundentes respecto a la fuerza con la que asume la presidencia López Obrador, que en los ritos del sábado tuvo otros momentos de confirmación de ese liderazgo que no dejó de ejercitar durante los cinco largos meses de una transición que tuvo sólo un actor, pues el exmandatario en funciones (Pérez Gay dixit) se desvaneció pocas horas después del 1 de julio, mientras que los partidos de oposición entraron en la irrelevancia, no sólo por la contracción de sus bancadas en el Congreso de la Unión, sino por las pugnas intestinas en las que han desperdiciado su energía durante todo este tiempo.

López Obrador, por tanto, avanza cada semana desde hace medio año sin que nadie articule una alternativa al discurso de nostalgia por ese México de los años cincuenta, que fue al mismo tiempo gobernado por la regla autoritaria y por una ilusión de un progreso que nunca ha terminado de materializarse, ni de lejos.

Y frente a ello, lo que tenemos es nada esperanzador. Horas después de la toma de posesión, el Partido Acción Nacional ha intentado reaccionar a lo visto el sábado con una estrategia del miedo, esa que no dio resultados durante la campaña, esa que si somos honestos tampoco dio resultado en la transición, pues a pesar de la caída en la bolsa o la subida del dólar López Obrador llegó a su toma de posesión dueño de un porcentaje de aprobación en las encuestas mayor aun al porcentaje de votos que obtuvo en la elección.

Pero esa evidencia del resistente teflón, actual si se quiere pero teflón al fin, de AMLO no le ha importado al PAN de nuestros días, que ha echado mano de ese recurso del miedo al comparar en spots a AMLO con Maduro, e incluso con Hitler.

Si Acción Nacional de verdad cree que López Obrador llevará a México por la senda en que ha sumido Maduro a su país, entonces su responsabilidad de encontrar pronto un discurso efectivo para ese fin resulta crucial.

Pero un spot más, que sólo revive la lógica que dio resultado en 2006, esa que ya luego se desdibujó en la corrupción e ineficacia panista y priista, un spot más en esa narrativa prueba que el PAN de Marko Cortés es uno dado a un facilismo que denota, por lo menos, pereza mental.

El momento de México demanda de todos inteligencia, templanza, creatividad, realismo y arrojo, fórmula a la que se podrían agregar otros elementos como patriotismo e incluso generosidad.

Si el PAN no construye un espacio alternativo al lopezobradorista, uno donde se debatan propuestas que vayan más allá de ese revanchismo adolescente de “baja las gasolinas ya” (el PAN pidiendo irresponsabilidad presupuestaria, vaya cosas que se ven hoy), uno donde al innovar la narrativa no sólo se entusiasme a los que rechazan a AMLO, sino que poco a poco capture la atención de aquellos que eventualmente dudarán o se desencantarán, si los panistas no inventan un nuevo discurso a la altura de este reto, entonces ya sabemos el resultado: Acción Nacional será irrelevante, con una falsa autoridad moral que es derrotada porque más de uno de los que llaman a regresar al modelo que se está abandonando son personajes denunciados por beneficiarse (y mucho) del mismo.

O quizá sea que todo lo que los actuales líderes panistas quieren es ser como el otrora PPS: vivir por años como una parte del sistema, actores que disfrutan prerrogativas pero no cargan mayor responsabilidad.

El PAN solía ser otra cosa, pero en una de esas con sus trillados spots sobre Maduro lo único que buscan es producir ese ruido estéril que les hará muy funcionales a López Obrador. Nada de oposición.