Salvador Camarena: Saldos de una visita

AMLO con Biden durante su gira por Estados Unidos
AMLO con Biden durante su gira por Estados Unidos
La visita.AMLO con Biden durante su gira por Estados Unidos
autor
Salvador Camarena
Periodista
2022-07-15 |07:13 Hrs.Actualización07:13 Hrs.

Pasados los chascarrillos, los memes y el cotilleo que siempre revolotean en torno a lo que hace AMLO, queda la realidad desnuda, la verdad seca: la visita del Presidente mexicano a Estados Unidos mostró a un político de poco peso y pobres recursos.

Acudió a la cita con Biden tras prometer que defendería a los migrantes y salió de la misma con una lista de compras y la bronca de encontrar mil 500 millones de dólares para impedir la porosidad de la frontera.

Si he sabido no vengo, pudo haber rumiado en el avión de regreso. Salvo por el pequeño detalle de que, visto lo visto, todo indica que lo mandaron llamar.

En lo sustancial, el jefe de Estado de un gran país fue tratado como jefe de la migra. Me refuerzas el muro y te vas.

Frente a la prensa, se lanzó a leer y leer. El problema es que no quiere entender que su monólogo no ilustra, convence o conmueve ni a su par ni a la opinión pública de ningún lado del Bravo.

Tuviste la atención del presidente de la nación más importante del planeta –no, no es México, y menos Cuba, Andrés– y lo que lograste es que te corrigiera en público.

¿Ir tan lejos para traernos básicamente fotos de los mismos empresarios mexicanos que aquí a cada rato te consienten? Para eso mejor se hubieran visto en un Sanborns. Ir hasta DC para ratificar que aceptas la doctrina Monroe: en el sector energético, el gobierno de México le hará la vida de cuadritos sólo a las empresas europeas, no a las americanas. Promise. Con que hubieras mandado a Ken de recadero habría bastado.

Fuera de lo ocurrido puertas adentro de la Casa Blanca, se trató de una visita a las piedras, porque te niegas a ver personas. ¿No te da curiosidad saber qué piensan allá, de lo que pasa acá y en el mundo? ¿No te dan ganas de sumar una o dos voluntades de la prensa, la política, los negocios estaodunidenses? Igual ganabas algo, igual y se te ocurría un nuevo libro.

Ya te dije, Marcelo, que no me propongas ver gente. Mejor dime, si tuviéramos que venir otra vez, qué monumento podría visitar para que en ese granito reboten mis palabras.

Qué mejor remate a tan desangelado periplo que el desplegado tipo chiquitibumalabimbombá de gobernadoras y gobernadores que en trance místico vieron una proeza donde hubo trabajo de rutina y acaso modestos resultados. Vivaelpresidentequenosvolvióalosgobernantesdemorenadeunprovincianismofrancamenterascuachesionoraza.

El saldo de la gira es que el Presidente de México renuncia a hablarle al mundo. ¿Será porque no tiene nada convincente qué decirle sobre lo que pasa en nuestro país, en su gobierno? ¿O porque no sabe hacer política sin antes culpar a Calderón o a Salinas o a don Porfirio? ¿Será que los trucos de Palacio no salen sin los cortesanos de la mañanera?

Si en la anterior visita a Washington nos fue bien porque a AMLO no le fue tan mal, ahora el resultado tiene el amargor del desdén: el Presidente fue prácticamente ninguneado por el establishment estadounidense. Amor con amor se paga, Andrés, salvo que no es a una persona a la que desdeñan, sino al Presidente de los mexicanos, a quienes prometiste representar dignamente.

Que si la ventana, que si el sentado, que si el avión comercial… pasada la carrilla en las redes sociales queda la sensación de que la visita de López Obrador a la capital estadounidense fue otra oportunidad perdida para enriquecer la relación, para ampliar los lazos, para reducir los riesgos comunes. Una más.