Silvia Novoa: La epidemia de la desigualdad en México

La esta epidemia del COVID-19 ha hecho más visible y ha desnudado la desigualdad que hay en el mundo
La esta epidemia del COVID-19 ha hecho más visible y ha desnudado la desigualdad que hay en el mundo
Las diferencias.La esta epidemia del COVID-19 ha hecho más visible y ha desnudado la desigualdad que hay en el mundo
Cuartoscuro
autor
Silvia Novoa
Directora nacional World Vision México.
2020-04-17 |19:34 Hrs.Actualización19:34 Hrs.

Hace solo algunos meses nadie se hubiera imaginado que un nuevo virus llegaría a mostrarnos lo vulnerables que somos los seres humanos, hoy al menos cifras oficiales y, según el último conteo de la Universidad Johns Hopkins, hay más de 90 mil decesos en todo el mundo.

El COVID-19 ha sido analizado desde innumerables aristas (económica, financiera, educativa y de salud, etc). Desde la posición que represento dentro de World Vision, organismo humanitario con presencia en más de 100 naciones, he notado que esta epidemia ha hecho más visible y ha desnudado la desigualdad que hay en el mundo.

Si bien el coronavirus no distingue edad, género o raza, condición social o económica, si es claro que al menos en ciertos entornos, los derechos humanos de las personas son más vulnerables. Por ejemplo, migrantes y personas en condición de movilidad cuyo proceso estacionario en las fronteras les ha alejado de los beneficios de salud como a cualquier otro ciudadano no debemos olvidar que son personas que por alguna razón tuvieron que dejar su lugar de origen para mejorar sus condiciones de vida, sin embargo su condición no les arrebata sus derechos humanos.

Asimismo, no debemos olvidar aquellos grupos que se ubican en comunidades indígenas con una amplia población de niños, niñas y adolescentes. Hoy sabemos que la barrera de la lengua y la falta de acceso a la información no les permiten acceder a herramientas de protección y prevención de la enfermedad,  lo cual sin lugar a duda los deja en desventaja en comparación con los habitantes de las grandes urbes.

Muchas industrias han tenido pérdidas millonarias, lo que trae como consecuencia desempleo y a su vez, un estado de necesidad extrema elevando los índices de violencia. El retroceso económico en las poblaciones más vulnerables dentro de todos los países, será enorme y por ende tendrá un impacto negativo en el acceso a sus derechos.

Las niñas, niños y adolescentes que ya sufren un rezago educativo, que carecen de acceso a servicios de salud, seguridad social, alimentación y vivienda por mencionar solo algunos; seguirán siendo los que más sufrirán.

Un plan que mitigue los problemas ante la falta de empleo y liquidez para las necesidades básicas, será urgente y necesario si México no desea caer en un rezago social.

En una economía que ya venía en detrimento en México por factores externos e internos, la recuperación no será fácil y afectará a toda la población, pero aún más a quienes hoy ya viven en condiciones de pobreza siendo casi la mitad de nuestra población, es decir, alrededor de 53 millones de personas y 9.3 millones de ellas que ya viven en pobreza extrema de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó que como consecuencia de esta pandemia, la pobreza aumentará este año en 5.6 puntos en la región, lo que implicará un retroceso social de 13 años.

A raíz del brote y la declaración de pandemia del VIH/SIDA, las sociedades cambiaron conductas y generaron conciencia principalmente en protección de prácticas sexuales. Las crisis también traen consigo nuevas oportunidades y aprendizaje, el COVID-19 definitivamente está sentando un precedente.

Me ilusiona pensar que esta pandemia traerá cambios sociales positivos; prácticas más humanas, actitudes más solidarias, mejores formas de relacionarnos entre nosotros y sanar diferencias que parecían irreconciliables.

Lo cierto es que el mundo tendrá que aprender a vivir de otra forma.